miércoles, 27 de febrero de 2013

Siete poetas chilenas


SIETE POETAS CHILENAS
Selección de Mario Meléndez



Stella Díaz Varín (1926 – 2006). 

Una de las poetas chilenas más importantes de la segunda mitad del siglo XX. Publicó los libros: Razón de mi ser, 1949; Sinfonía del hombre fósil, 1953; Tiempo, medida imaginaria, 1959; Los dones previsibles, 1992; La Arenera, 1993; y De cuerpo presente, 1999. Obtuvo el premio Pedro de Oña y también el Premio del Consejo Nacional del Libro, 1993. Su obra aparece en diversas antologías nacionales y extranjeras.




VEN DE LA LUZ, HIJO

Que te ciegue la luz, hijo.
Ven de la luz;
desde donde la pupila sueña
y vuelve atormentada,
como un escombro vivo,
como especie de flor, como pájaro.
Carbón de víscera terrestre,
así como víscera de árbol.

Deja que se ensañe la luz, hijo,
desciende como los antiguos ángeles,
como los malos discípulos,
ardiendo en su pasión, desheredados.
Así como las fieras, hijo.

Incomprendidas del río, intocadas
absolutas, tristes.
Ése será el día
-presentimiento que no quise,
tú sabes, los conoces-
que tomaré la forma deseada.

Ojo de estiércol, húmedo;
aprisionaré tu llama,
tu superficie extraceleste
tu mirada de centro obscuro,
tu trigal;
la tibia voluntad de tu piel
me ayudará y seremos.

Nunca antes pudimos.
Yo era como esas pequeñas fuentes secas.
Desciende, hijo, de la luz;
avizora el espacio,
avizora el horizonte.
La curva que deja el corazón de un muerto,
la mano que se esconde,
la mano que nadie quiso acariciar.

Seremos.
Tú y yo venidos
irremisiblemente;
unidos como dos tallos jóvenes aún;
queriendo apenas lo que no se nos dio.
Amando
lo que la luz aconseja:
el vértigo, la hondonada, el silencio,
el color de las piedras;
tantas cosas simples y distintas.
Llegaremos a amar la contextura de Dios
tan difusa;
tan perfecta como tus pequeños ídolos.
La madera de Dios
tan bella y roja
como el corazón de los árboles.
Tan bella y roja
como el corazón del veneno.
Que te ciegue la luz, hijo.
Que te atormente.
Ven de la luz, inúndate;
ten la luz y desmiente la tiniebla.
Ven, hijo, arrodíllate.
Cree en los amaneceres.
En la luz son más bellos los ojos de Dios.



LA PALABRA

Una sola será mi lucha
y mi triunfo;
Encontrar la palabra escondida
aquella vez de nuestro pacto secreto
a pocos días de terminar la infancia.
Debes recordar
dónde la guardaste.
Debiste pronunciarla siquiera una vez...
Ya la habría encontrado
pero tienes razón ése era el pacto.
Mira cómo está mi casa, desarmada.
Hoja por hoja mi casa, de pies a cabeza.
Y mi huerto, forado permanente.
Y mis libros cómo mi huerto,
hojeados hasta el deshilache
sin dar con la palabra.
Se termina la búsqueda y el tiempo.
Vencida y condenada
por no hallar la palabra que escondiste.

  


Paz Molina (1945). 

Estudió pintura, teatro y literatura. En 1980 ganó el Premio Pedro de Oña con Paradero 28. Entre sus libros figuran: Memorias de un Pájaro Asustado (1982) Noche Valleja (1990), Cantos de Ciega (1994), Neruda, aparta de mí esta sombra (1996) y La Boca del Miedo (2002). Ha sido incluida en numerosas antologías y revistas literarias. Fue directora de la Sociedad de Escritores de Chile.




MOVIMIENTO
Hay que mover la vida, hay que menearla
como la cola de una lagartija.
Hay que alzarla como un paraguas rojo.
Hay que ensartarla en el tiempo
como un puñal de oro.

Y que huya la muerte con sus dientes de plástico,
que corra infeliz,
que sienta escalofríos.

Hay que mover la vida
con un movimiento de tren imprevisible.
Que cruce las fronteras de lo mágico.
Que pague los pasajes definitivos.

Y en asiento de primera clase
observe su propia carrera por la ventanilla,
presurosa de una premura insufrible,
atareada en la perspectiva de lo último.



CONDICIÓN Y ALARIDO

Y me ha dado la gana
de ser libre de condición
y de alarido
al medio de la calle
hurtado el cetro a la canalla
oficialmente constituida en mí
me hago presente

Me vierto en mi dominio
de lujoso desvarío virginal
Productores ufanos de quimeras
lánguidos sacristanes
me devoran

Me urjo a lo contrito
y me doy vale de fracaso
triunfalmente acosada
sin menoscabo de lo simple
me convierto en gimnasta
me doy de golpes en el pecho
me transformo en ventana
                           y me columpio




Teresa Calderón (1955). 

Es licenciada en literatura y profesora universitaria. Ha escrito poesía, cuento, ensayo y textos para niños. Por su trabajo ha recibido diversas distinciones literarias, entre las que destacan: Premio Artes y Letras de El Mercurio y Premio Pablo Neruda. Autora de los siguientes libros de poesía: Causas perdidasGénero femenino, Imágenes rotas y Elefante. Su obra ha sido traducida a varios idiomas. Actualmente se desempeña como docente en la Universidad Diego Portales.


  
 CELOS QUE MATAN PERO NO TANTO

 “Hombres de mala ley, animales de mierda
que no son capaces de hacer nada que no sean desgracias”
García Márquez

1
Ya había visto sus ojos en los tuyos que no me miran que se mueren por verla.

2
Era un desliz definitivo. Desde un bolsillo de secretos un nombre de mujer tu letra un número la prueba final en la estructura mítica del héroe -consultar Villegas, Juan- desde el bolsillo esa mujer ese cuerpo de tus delitos.

3
Mañana marcaré ese número. Repetiré la operación hasta dar con esa palomita. Pienso decirle menos cosas de las que pienso. Pero a ti te lo advierto nos encontraremos los tres y sean cuales fueren los resultados te lo prometo aquí va a haber un muerto habrás un muerto en la familia querido mío.

4
Como ves o como no ves estoy pendiente de ti. Estoy el colmo de ti.

5
He aguzado el olfato para husmearla mejor en tus camisas en los jardines de tu pecho. Si captaras la sutileza de mi oído qué magnífico espectáculo pegado a las puertas el ojo a las cerraduras como el náufrago a su tabla y todo el océano para él solo.

6
Todos mis sentidos alerta pueden reconocerte a una distancia de metros bajo una niebla de película en pleno centro de Santiago a las doce del día en medio de la gente animal. Todos mis sentidos alerta. Dije todos menos el sentido del humor.

7
Cuídate de mí, maldito, porque te amo.

8
Más vale que te cuides. Tú sabes una caída en la ducha esas son caídas fatales me entiendes un remedio demás o equivocado te fijas un accidente casero cualquiera tiene en la vida arreglabas un enchufe y ¡oh, sorpresa, Fiat Lux! me comprendes o el cuchillo de cocina guardado adentro de la cama o el gas lento pero seguro no olvidemos. Por eso cuídate mejor que te encuentre confesado oleado y sacramentado y todo si te descubro amadísimo héroe.

9
Te acaricio te araño con táctica felina porque estás mintiéndome porque te juro lo sé todo aunque no digas ni pío.

10
Tardaría la noche entera enumerando los espantos que te haría si se confirmaran mis-según tu miserable opinión- infundadas sospechas. No tienes idea la de horrores que soy capaz, mi vida, la infinidad de maleficios que prepararía en la cocina hasta dar con esa pócima que te pusiera fuera de combate.

11
En esta guerra sangrienta las matemáticas están claramente de tu parte, yo soy una y una no es ninguna. Ante una ventaja así, no cabría más que deponer esas armas con las que no cuento y saludarlos con mis mejores deseos: que sean tremendamente infelices, que se pudran. Quiero que reciban periódicamente a la cigüeña cargada de imbunches, que no falten al himeneo las reinas de la muerte, las parcas de infalibles tijeras ¡Oh, Mnémesis, diosa fantástica de la venganza!





Lila Calderón (1956). 

Comunicadora Audiovisual y Escritora, Magíster en Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Chile. Ha publicado los libros de poemas: Balance de blanco en el ángel triste de Durero, 1993; In Memoriam, 1995; Por suerte había otra vida; Piel de maniquí, 1999 y Animal cautivo el 2010. Durante el año 2002 publicó los libros: Animalia (cuentos), La gran fuga (cuento) y La ciudad de los temblores (novela infantil), Ediciones Books and Bits. Su obra poética se encuentra compilada en diversas antologías, tanto de Chile como del extranjero.






DESCENDENCIA
Los descendientes del Fénix
se resisten a entregar las alas
Por razones poéticas
hay que estar en todas partes


PAN Y CIRCO
Desamparada jaula    SONRISA
de puertas abiertas 
Participación libre dirían los muchachos de la orquesta
los de iluminación los de tramoya
los que se dejan caer del trapecio
los que aplauden
los que corren con el aserrín
Los que vislumbraron 
el precio de la entrada


CRUCES Y CRUCIGRAMAS
Es absurdo
dar el último soplo de pintura
Desapareces
Ese es el destino
reservado a los fantasmas
Nunca sabemos cuándo 
volveremos a vernos


DUDA
No sé qué hacer con Dios
la verdad es que da un trabajo de locos 
dando vueltas por aquí con todos los problemas 
de la creación en la cabeza
con su sangre azul y su falta de costumbre 
por lo original 
Me compromete por escrito el impertinente 
ahora quiere que le hagan un retrato


EL CORAZÓN ES UN LUGAR COMÚN
Yo sólo veo un trance de árboles que van pasando 
cargados de anuncios
Un violín en ruinas un barco fantasma 
aves descompaginadas en el truco del rumbo
Espejos que no tienen más historia
que la de los personajes que pasan y se reflejan
Una bandada de estatuas a ras de suelo
El planeta en donde nacerá el futuro 
y los milagros que me proponga 
Veo al verbo caminando inadvertido por las noches
en diversas fuentes de luz 
Veo que amanece a cada vuelta del reloj 
LA CIUDAD ES UN LUGAR COMÚN




Rosabetty Muñoz (1960). 

Profesora y poeta. Ha publicado Canto de una oveja del RebañoEn Lugar de MorirHijosBaile de SeñoritasLa Santa, historia de su elevaciónSombras en el RosselotRatada; y En Nombre de Ninguna. Su poesía ha sido incluida en diversas antologías y reconocida con diversos premios literarios, entre ellos el Premio Pablo Neruda en 1996.




HAY OVEJAS Y OVEJAS

Las que comen de cualquier pastizal
y duermen con una sonrisa de satisfacción 
en los potreros.
Las que caminan ciegamente
por los caminos acostumbrados.
Las que beben despreocupadas
en los arroyos.
Las que no trepan por pendientes peligrosas.
Esas van a dar lana abundante
en las esquilas
y serán sabrosas invitadas
en las fiestas de fin de año.
Hay también 
las que tuercen las patas
buscando campos de margaritas
y se quedan horas y horas 
contemplando los barrancos.
Esas balan toda la gran noche de su vida 
encogidas de miedo.
Y hay, por fin
las malas ovejas descarriadas.
Para ellas y por ellas
son las escondidas raíces
y los mejores y más deliciosos pastos.


NO SE CRÍAN HIJOS  PARA VERLOS MORIR

Cuando el mar se llevó a sus tres hijos
ella estaba acodada en la media puerta
de su casa, pensando en ollas aladas
y repletas. De pronto cayó en un vacío
del que surgió vieja y encorvada. No
necesitó entrar para vestirse de negro.
Ya estaba recogiendo flores cuando
salió su hombre con la radio en la mano,
desamparado y tembloroso.
Ella es una sábana flotando sobre nosotros.
Nada detiene el remolino que alienta su vuelo.
Desde su vientre deshabitado
los ovarios violeta se abren como flores nocturnas,
la ansiedad es un arrecife
donde acerados corales
               hieren los cuerpos amados.
Sin hijos bajo sus ojos
quisiéramos las madres
ofrecerle un trozo de pañal
para vendar sus muñones o un arca
donde recoger los alados restos.




Malú Urriola (1967). 

Ha publicado: Piedras Rodantes, 1988; Dame tu sucio amor, 1994, Hija de perra, 1998, Nada, 2003 y Bracea, 2007. Premio Mejores Obras Editadas 2004, Consejo Nacional del Libro, por el libro Nada. Premio Pablo Neruda, que otorga la fundación del mismo nombre, por su trayectoria poética, 2006. Beca John Simon Guggenheim Memorial Foundation, Creative Arts Poetry 2009.



GATOS
IV
Hey, malú, asume la vida de gato
que te toca saltar de techo en techo
porque ni siquiera un poco de sol
los hará volver
porque no nacimos para dar
pero tampoco para recibir
hay que asumir el costo
te estás chalando
nada te llena
y el hastío te agarra de espaldas
por eso le seguimos el juego
a los imbéciles
y corremos en esta carrera de equinos
de mala sangre
cuando el poeta canta su bar cecil
y Dios le guiña un ojo
y por el otro le cae un goterón de tinto
de aburrido tinto.
Hey, malú, nace una estrella
nadie quiere el nobel
pero se mueren de sólo pensarlo
los poetas se odian
toman juntos pero se odian
a quién le importa
que se maten
que se tengan pica hasta la muerte
total, de todas maneras
no tenemos quien nos abrace
porque los gatos se retiran de noche
quién sabe dónde.
Hay que asumir, pendeja
que estás sola
que te bailas un rock
para quitarte las ganas –tú sabes de qué–
porque de tanto perraje patriarcal trompeteado
estás hasta la tusa
y ellos siguen tirándose a partir
prejuiciados
amablemente discrepantes.
Hey, malú, una raja, qué te importa
si ni siquiera encuentras algo que te importe
por eso callas y luego ríes
porque nadie te llena el hoyo
ni el vino
ni los machitos
ni mirar sus traseros sin forma
no te queda más que caminar borracha
y llegar borracha a tu home
piedrita mendiga.


XI

Lo estropearon todo, baby
y te bailas un rock de malas ganas
porque ellos quieren verte
reventar de noche
ebria
sin hablar con nadie
y de día se lo pasarán pateando gatos
es entretenido verlos pavonearse
con sus chascas y ropitas excéntricas
pretendiendo volver al divino tesoro
qué va, son iguales a los demás
las grandes lumbreras del mundo
devorando ratas en las bibliotecas
bebiendo de noche en algún bar snob
de algún barrio snob
y salir snobmente borrachos
trágate esa vaga sensación de techos
despoblados, pendeja
y ve a emborracharte hasta que revientes
con tus amigos oligofrénicos
a quién le importa
que el último gato gris se aleje
en medio de los cachureos del techo
y que a lo lejos Bob Dylan gima
“like a rolling stone”.








Damsi Figueroa (1976). 

Es egresada de la carrera de Pedagogía en Español en la Universidad de Concepción. En 1994 publica su primer libro Judith y Eleofonte. Sus poemas han sido incluidos en diversas antologías. El año 2000 publica textos inéditos en revistas literarias, tales como: Trilce, de Concepción; Archipiélagus, de Valparaíso, y Vox, de Buenos Aires. En el 2003 aparece su obra Cartografía del éter. En el 2011 publica el libro Gen.





SI FUESE LA JUDÍA


Si fuese la judía
abriría las puertas de la ciudad
de un soplo
Soportaría la injuria del cautiverio
Viuda y virgen sería a la vez
Devoradora de ejércitos
Y le bastaría ser hombre
para caminar erguida sobre sus muertos
Pero a la judía le bastó ser mujer
para beber en exceso
para comer en exceso
y pasear por los sueños desnudos
de los asirios
Inventiva solitaria
Amamantadora universal
Razón del tiempo y de la historia
Si fuese la judía
levantaría con su belleza
los templos caídos de la Tierra
cortaría la cabeza de Holofernes
para saltar a la luz
desde su cueva
Pero es Judith la que espera
por el espejo encorvado de su destino
Nuestra Judith aún no está bendita
y envejece a la par
de los cortejos de Eleofonte
el tejedor de cantos opacos
como el aura
de su propio culo reseco



AUTORRECONOCIMIENTO


Yo no soy la que se pierde
tan pronto como se la encuentra
El amor en mí no se toca
se escribe
Yo no soy la piadosa con los hombres de poca fe
no intercambio los calzones con nadie
En cambio asumo la desvergüenza
de una desnudez colectiva
en una casa de playa
o en una playa a secas
Yo no escribo para nadie
aunque intente escapar
y evite sacarte al baile
tus malabares y piruetas
siempre exigen un aplauso cerrado
es decir, una palabra
Yo no me complico la vida
omitiendo adverbios y conjunciones
Patino por la hoja y tapo los surcos amargos
con la sangre de mis amigos
Yo no hago el amor
lo desarmo
por el puro gusto de volverlo a armar
una y otra vez
hasta tener sexo
para olvidarme del amor
y de todos ustedes

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