sábado, 28 de enero de 2017

Poemas de Alí Calderón

Poemas de Alí Calderón
Alí Calderón
Alí Calderón (Ciudad de México, 1982) es poeta y crítico literario. Doctor en Letras Mexicanas por la UNAM. En 2007 recibió el Premio Latinoamericano de Poesía Benemérito de América. Fue merecedor, en 2004, del Premio Nacional de Poesía Ramón López Velarde. Es autor de los poemarios Imago prima (2005), Ser en el mundo (2008 - 2011), De naufragios y rescates (2011) y En agua rápida (2013) y Las correspondencias (Visor, 2015); de los libros de ensayos La generación de los cincuenta (2005), Del poema al transtexto. Ensayos para leer poesía mexicana (Colombia, 2015) y Reinventar el lirismo. Problemas actuales de poética (España, 2015) y coordinador de las antologías La luz que va dando nombre 1965-1985. 20 años de la poesía última en México (2007), El oro ensortijado. Poesía viva de México (2009). Es miembro de Poesía ante la incertidumbre. Antología de nuevos poetas en español, editada en España por Visor en 2011. Es fundador de la editorial y la revista electrónica de literatura “Círculo de Poesía” (www.circulodepoesia.com). Es Codirector de la Editorial Valparaíso México y del Encuentro Internacional de Poesía Ciudad de México.



Poemas de Alí Calderón

Del libro Las correspondencias (Visor, 2015)



Margherita dei Cerchi

Caminé de Gli Uffizi
auturno a la penumbra y cancro
de Santa Margarita en la Vía de Dante
El amargor del aire
calcifica y enreda en los alveolos
La tarde su paura
desciende espesa de los muros
Un algo cimitero acecha
El recuerdo del túnel
la ombra el silencio de los Apeninos
De pronto frente a mí
la tumba de Beatrice
En su lápida un hato violas
ostros pétalos hieden:
ese aroma impregnado entre los dedos
mi palma   su cabello deslazado
El correo fue escrito esa mañana
en otro continente y
qué tenue era la luz del cirio
Al preguntar por ella
quizá en Place des Abbesses
sentados en un borde viendo
salir y entrar al metro oscura gente
Luis me dijo que no que lo veía
como un caso perdido
Pasa una vespa y gritos más gritos un motor
Enviar mensaje enviado
Dudé mucho al escribir este mail
Se acostaba con otro
Una cruz de madera
que al tocarla se despostilla
Sotto questo altare
Folco Portinari
construi la tomba
di famiglia
L’8 giugno 1291
vi fu sepolta
Beatrice Portinari
Afuera los motores de las vespas
Gritos la gente que se increpa
Caga catzo putana
Dio Cane





Constantinopla
[San Salvador en Chora]

Edirnekapi
Siglo IV una iglesia bizantina
Afuera las murallas de Teodosio
son sólo polvo ruinosos cimientos
Iba mi abuelo anciano
siempre a Nuestra Señora del Carmen a las once
¿comulgaba? ¿Oía sólo misa?
La luz de los vitrales cae sobre los frescos:
es Jesús
multiplica los panes
hay algunos pescados
también cestas vacías
Alguien a mi costado dice “Dios”
pero en el nártex nada suena sino el eco
bajo la indiferencia
de un Cristo Pantocrátor
El tiempo ha desgastado los cristales
diminutos mosaicos
Donde estuvo el Bautista se desvela
una capa de arena y argamasa
El muro fue dorado y lapislázuli
ahora el alquitrán
oculto quince siglos
tras figuras de apóstoles y santos
es amo y señor del paraclesion.
Bordean yeso y cal oscuros signos
griegos: venid a mí los agobiados
dicen las inscripciones
difusas
invisibles casi
Las cuarteaduras
Se descascaran bóvedas
frente a la sanación del paralítico
Los ladrillos la piedra
Es entonces que pienso en los versos finales:
Mi padre contestó –“eso es sólo el decorado;
la escultura eres tú” –y me señaló el pecho.  





Constantinopla

Brizna
Crece la niebla desde el río
Descendemos Pierre Loti por la cuesta
de un muerto cementerio musulmán
Sobre las tumbas nacen azaleas jazmines
caen pétalos kerkis siliquastrum
Late apenas debajo de las cosas
Un gato avanza negro
ronronea a mis pies
la muerte
el rostro amorecido de un cadáver
en vida se llamó
mi abuelo Rafael ahí tendido
el vaho –puedo verlo– atraviesa por sus fosas
¿movió los labios? Vienen
otros gatos tal vez un día fueron
algún Servet Hasan filibusteros
otomanos algún chico caído
en los festejos Galatasaray
Mi amigo está bebiendo este café
no presiente que luego
será eviscerado por el cáncer
Azahares enredados en las lápidas
conocerán la herrumbre la hoz del jardinero
El empedrado está resbaladizo
Maullidos que se ocultan en la yerba
Sólo Alá es poderoso señalan letras árabes
Río abajo el bullicio un burka ojos
delineados: Istiklal Cadessi





Sarajevo

El viento es frío quema
y hace temblar a quien aguarda
el sordo paso del tranvía
Los ancianos reclinan
la cabeza en el vidrio
El tedio de vivir les surca el rostro
Empañan los cristales con miradas
perdidas su lejana indiferencia
Es Sarajevo el sol
se encaja en los disparos de mortero
las ruinas las fachadas
Hay una transparencia que lastima
el vuelo el rumbo de las aves
Lontano  
las colinas y al acecho
caen sobe la Sniper Alley
Nada me asombra ya ni me resigna
si dices que te vas
que sólo sabes irte
Las aguas del Miljacka
corren de pronto envejecidas
oscurecen su paso bajo el puente de Princip
De un disparo perfecto asesinaron
aquí a un Archiduque
Nosotros hemos muerto
hasta el hartazgo muchas vidas juntos
En el umbral de una iglesia ortodoxa
alguien observa cómo
se consume la luz de las candelas
Extintas ya las teas se remueven
Ha quedado vacío el kirostatis
Welcome to hell advierten
grafitis de otro tiempo
Del infierno no queda
sino esta lenta calma
prolongado después que nos habita
Los gatos hurgan en bolsas de basura
Crece la yerba en lápidas de parques cementerios

Ha cruzado el tranvía deja
un estruendo el temblor
del aire tras los rieles
quizá un recuerdo
nada





Si por fin lo dijera?
Si mis palabras fueran fingimiento y ceniza?
Si disimulo y silencio y vergüenza
redujeran a polvo la andadura?
Si los días felices visión fuesen y envés
espejismo de lo no nunca sido?
Si el recaudo final
entregase moneda falsa y cobres
focos fundidos manchas
cortejos fúnebres al paso nada
apenas negras cruces
y anhedonia?
Si desconfianza y cardos
un segundo
no habitasen mi nombre y lo llagaran
y las palabras postración derrota
perdieran su sentido
yo podría
pero mi condición de enser de nula
presencia irremediable
de urracas remontando el cielo al norte
me interdicta
me obliga al cumplimiento
de las infames líneas de la mano
de la sonrisa el gesto siempre amable
las muertes cotidianas
Si frustración y branquias
y patíbulo dejasen su aquí
su irrevocable ahora?
Si finalmente al carajo
todo fuera?
Si ráfagas de viento
arrasaran lo que sea que soy
y asepsia?
Si el telón de la farsa levantase
mutis definitivo?



Cuando cieno bruma y nada uno son
y ayuso arriba y todo ha fragmentado
cuando aquel que fuiste un día parece
otro un extraño pérfido a los ojos
y brama bruñe la penumbra en rostros
incognoscibles acres uno mismo
o si el terror la imagen
trastoca y envilece
y aún malogra corrompe por dentro
o si llegar a ser ha sido desasirse
de aquello que se fue y no se recuerda
si un accidente y no lo perentorio
somos un dato inocuo
sarcoma carcinoma la derrota que soy que contamina

Si desierto de mí depauperado
soy muchos a la vez y todos miserables
si dios que da la llaga
oculta niega tarda medicina
si sangre leucocitos y carne apoptosada
soy apenas los despojos
de un miedo que me lacra y trisca y lepra
al viento frágil flama que oscurece
o consume el susurro en luz ceniza
andadura y camino hacia la x
troverme so far y ostro en a punto
mutis hambre gozo gozne de la destrucción

Porque en sentido estricto nunca nada
fue tan todo jamás sino en mi ausencia
nunca ocupé el espacio
estuve siempre fuera
de lugar necrosado a la vista de la gente
en mí no hay nada mío
sólo descort y sombra y un crujido
que en oscur me perfuma de aspereza
un quebrar de cristales tras el pecho
que degrada mi condición de nadie

Y entonces desespero: me olvida la memoria de las cosas
soy lentas negras lágrimas y sangre
soy mácula y desprecio encabronamiento oprobio
y la ceguera soy la rabia contenida inoculada

Nada fui sino muerte entre las manos
Nunca podré colmar este silencio





Piedra de sacrificio

I
Democracia mexicana

otro cadáver encontrado en una bolsa negra
cerca de ahí un cuerpo el viento un puente
a dos cuadras: una cabeza hirsuta ojos abiertos
entre otras noticias: treinta ejecutados el fin de semana tiro de gracia algunos con marcas de tortura el rescate fallido de un secuestro un dedo un anillo un hato de periódico
entre otras noticias: terminaron e iniciaron las campañas hay buena voluntad en Washington la reforma migratoria este bimestre se abate en un punto la pobreza el bienestar la dicha

a lo lejos el escape de un camión

y después el silencio

abren la bolsa negra
el hedor el moho en la carne:

una recién nacida



***


E subimos las ciento y catorce gradas longas de aquel cú
Sus piedras ennegrecidas nos quemaron las manos de tan ásperas

Vide allí los pueblos comarcanos
el tianguiz de ocote y tigres
Tlatelulco
Fue desde la placeta que arriba muy se face que oteamos
el agua dulce que se viene de Chapultepec
Iztapalapa Tlacopan Tepeaquilla todo señoreado por nos ojos

Tornamos las espaldas e vimos
a constelación
bultos y cuerpos de sus ídolos
malas figuras
todos de muy mayor estatura que un gran hombre
y contrahechos
de arcilla y masa y de legumbres
amánsalas con semillas y sangres de cuores despojos humanos
ansí tal farina

En una torrecilla y apartamiento a manera de sala
dos altares
dos bultos
dos altos cuerpos harto astrosos
uno dellos
                    Uichilobos
Tenía la su cara y rostro muy ancho y los ojos disformes espantables
untado el cuerpo de engrudo y raíces y aljófares
sangre y otras varias excrecencias
y colgantes ceñidas al plexo unas caras de indio
arrancadas a sus cráneos
tantas para abangar un roble
y acezando por los humos del sahumerio
hube visto
todas las paredes de aquel adoratorio
tan bañado y negro de costras
y plasma asimismo en el suelo
que un rastro no exardece tal hedor e catadura

Y allí tenían un atabor de cuero crúdel áspid
que cuando le tañían
tal era la tristura de sus tumbos
los infiernos se allegaban

Tomábanlos cinco
dos por las piernas dos por los brazos
uno más por la cabeza y otro postema y landre rajábales
con ambas manos pedernal a modo de lanzón los pechos
y por aquella abertura metíale la mano
y le sacaba el corazón

y el cuerpo desasido en oscura laceria
descoyuntado era comido de todos
y los basófilos tomados granate y bermellón los rostros
purpurecidos cientos de azumbres de aloque caudal hasta la plaza

y echaban los restos a rodar
y otros eritroci
                           vestían sus pellejos
los muñones los tajos carne viva linfocitos

Derramaban también sangre los sátrapas fuera de los cúes
frente al Uichilobos y en degüello
tiernas cabezas de hombres hirsuta pelambrera
desmembrados los coágulos muslos
y antebrazos tibias allí asoma el hueso entre la grasa
y la carne después aislante cinta
les rodea narices esnifadas bocas y de unos puentes entonces
lo ponen a colgar
y el viento de las madrugadas desbravó sus fauces
envueltas en bolsas negras
allí vienen los retenes.
Oydo he decir que millones de hematíes
y también normocromáticos derraman
las testas cercenadas que se apilan
sobre tórax cuya carne se remueve
al contacto sólo de los dedos
y allí abdómenes mamas huesos frontales
ojos
axilas anos páncreas rafagueados
pudriéndose en los belfos
de las ratas

Señoras de esta tierra



No hay comentarios: