martes, 30 de abril de 2013

Esperando a Perèc, nuevo libro de Mario Meléndez




Mario Meléndez


Adelanto del libro

Esperando a Perèc

Pesaro, Italia, 2013


Estas visiones fueron descritas por un fabricante de urnas
poco antes de morir
Lector compulsivo y lúcido
dejó infinitas versiones en libretas y papeles sueltos
Aquí se publican algunas de su inquietante imaginario




El inconsciente es un manicomio
con vista al mar

Cada pez que sale del agua
trae camisa de fuerza


4

Vi al Tirano arrastrando
el ataúd de Neruda
el ataúd estaba vacío
pero pesaba una eternidad
Era noviembre
y los gusanos hacían gárgaras
con las cenizas de Dios



5

Vi al Papa despertando
de una horrible pesadilla
Dios le había contado
que leía a Rimbaud
Era año nuevo
y el Papa dormía abrazado
a su Cristo de peluche



6

Vi a Dios besando a la muerte
en un café de París
Llevaba una barba de siglos
y un paraguas para espantar la soledad
Era verano
Su sombra se echaba viento
con la oreja de van Gogh



7

Vi a las gordas de Botero en la cama de Dios
La cama era de agua
llovía a gritos
Dios no estaba esa noche
andaba reconociendo el cadáver de su hijo


9

Vi a la muerte llorar en el entierro de Cervantes
La gente gritaba: “Compañero Miguel”
“Presente”, decían los gusanos
mientras lo bajaban a su última morada
A pocos metros de ahí cremaban el cadáver de Dios



11

Vi a Marilyn Monroe dando de mamar a su sombra
tenía los pechos tristes
y usaba camisa de fuerza para dormir
Se había tatuado en la espalda algo revelador
También Dios fue mi amante



16

Vi a Dios llevarse los juguetes
de mi hijo
Él no tuvo infancia
me dijo la muerte en un sueño
Los entierra en una fosa
junto a los huesos de su madre



18

Vi a Caperucita perdida en el bosque
Tenía treinta años
y el traje le quedaba estrecho
El Lobo y La Abuelita la esperaban
en el más allá
Estoy vieja para esto, se dijo
ya nadie me recuerda
El mundo es ancho y ajeno
como este bosque donde he de morir
Sólo me queda esta capa roída
y una cesta donde llevo los huesos de Dios



22

Vi a Picasso montado en un caballo verde
llevaba camisa de fuerza y una máscara africana

Sus mujeres lo seguían (a pie) por un desierto de sal
cargaban sus cuadros al hombro y un paraguas
                                                       / de Matisse

El caballo lucía una extraña peluca
sus patas ortopédicas se abrían hacia todos lados
desesperando a Picasso que lo golpeaba con un palo
                                                                  / de ceniza

Aburrido bajó del caballo
y comenzó a trazar en el suelo figuras amorfas
líneas arrancadas de un alfabeto imposible

Aquí cavaré la tumba de Dios, se dijo
los gusanos jamás me perdonarán

Y ordenó a sus mujeres cortarse las venas
mientras él pintaba su caballo de eternidad



26

Los viajes de la diligencia son todos al más allá
Tendrán flechas suficientes los apaches?


Vi a John Wayne arriba de la diligencia
Disparaba a todo lo que se movía
Lejos del alcance de las balas
los indios le cantaban el cumpleaños feliz



29

Vi a Tarzán en silla de ruedas
sus gritos se oían en todo el manicomio
De noche veía leones en los pasillos
mandriles en los barrotes de las celdas
serpientes bajo su cama
Le decía Jane a todas las enfermeras
Cuando salía al patio la selva cobraba vida
Los pacientes semejaban cazadores furtivos
negros con sus lanzas afiladas
Y cuando al fin cerraba los ojos
extraños gorilas irrumpían en su habitación
le ponían camisa de fuerza
le aplicaban electroshock
y lo portaban en hombros al país de los enanos
donde nuevas aventuras lo esperaban
junto a ríos perfumados de cocodrilos



31

Vi a Kafka en el cuarto de los juguetes
Conducía un tren infinito
sobre rieles que parecían anguilas
Bajo la cama otro niño desarmaba
una oruga fluorescente
la oruga tenía el rostro de Kafka
también los muebles, los relojes
las paredes tenían su rostro
las arañas aburridas en sus telas
los juguetes en la habitación
El único que no tenía el rostro de Kafka
era el propio Kafka cuyo rostro
semejaba una página en blanco



© Mario Meléndez, Derechos reservados
Esperando a Perèc, Pesaro, Italia, 2013

Mario Meléndez (Linares, Chile, 1971). Estudió Periodismo y Comunicación Social. Entre sus libros figuran: Apuntes para una leyenda, Vuelo subterráneo, El circo de papel y La muerte tiene los días contados. En 1993 obtiene el Premio Municipal de Literatura en el Bicentenario de Linares. Sus poemas aparecen en diversas revistas de literatura hispanoamericana y en antologías nacionales y extranjeras. A comienzos del 2005 obtiene el premio "Harvest International" al mejor poema en español otorgado por la University of California Polytechnic, en Estados Unidos. Parte de su obra se encuentra traducida al italiano, inglés, francés, portugués, holandés, alemán, rumano, búlgaro, persa y catalán. Durante cuatro años vivió en Ciudad de México, donde dirigió la serie Poetas Latinoamericanos en Laberinto ediciones y realizó diversas antologías sobre la poesía chilena y latinoamericana. Actualmente radica en Italia. A comienzos del 2013 recibe la medalla del Presidente de la República Italiana, concedida por la Fundación Internacional don Luigi di Liegro. 


No hay comentarios: