Mario Meléndez
Adelanto del
libro
Esperando a Perèc
Pesaro, Italia, 2013
Estas visiones fueron descritas por un fabricante de urnas
poco antes de morir
Lector compulsivo y lúcido
dejó infinitas versiones en libretas y papeles sueltos
Aquí se publican algunas de su inquietante imaginario
El inconsciente es un
manicomio
con vista al mar
Cada pez que sale del
agua
trae camisa de fuerza
4
Vi al Tirano
arrastrando
el ataúd de Neruda
el ataúd estaba vacío
pero pesaba una
eternidad
Era noviembre
y los gusanos hacían
gárgaras
con las cenizas de Dios
5
Vi al Papa despertando
de una horrible
pesadilla
Dios le había contado
que leía a Rimbaud
Era año nuevo
y el Papa dormía
abrazado
a su Cristo de peluche
6
Vi a Dios besando a la
muerte
en un café de París
Llevaba una barba de
siglos
y un paraguas para
espantar la soledad
Era verano
Su sombra se echaba
viento
con la oreja de van
Gogh
7
Vi a las gordas de
Botero en la cama de Dios
La cama era de agua
llovía a gritos
Dios no estaba esa
noche
andaba reconociendo el cadáver de su hijo
9
Vi a la muerte llorar
en el entierro de Cervantes
La gente gritaba:
“Compañero Miguel”
“Presente”, decían los
gusanos
mientras lo bajaban a
su última morada
A pocos metros de ahí
cremaban el cadáver de Dios
11
Vi a Marilyn Monroe
dando de mamar a su sombra
tenía los pechos
tristes
y usaba camisa de
fuerza para dormir
Se había tatuado en la
espalda algo revelador
También Dios fue mi amante
16
Vi a Dios llevarse los
juguetes
de mi hijo
Él no tuvo infancia
me dijo la muerte en un
sueño
Los entierra en una
fosa
junto a los huesos de su
madre
18
Vi a Caperucita perdida
en el bosque
Tenía treinta años
y el traje le quedaba
estrecho
El Lobo y La Abuelita
la esperaban
en el más allá
Estoy vieja para esto,
se dijo
ya nadie me recuerda
El mundo es ancho y
ajeno
como este bosque donde
he de morir
Sólo me queda esta capa
roída
y una cesta donde llevo
los huesos de Dios
22
Vi a Picasso montado en
un caballo verde
llevaba camisa de fuerza
y una máscara africana
Sus mujeres lo seguían
(a pie) por un desierto de sal
cargaban sus cuadros al
hombro y un paraguas
/ de Matisse
El caballo lucía una
extraña peluca
sus patas ortopédicas se
abrían hacia todos lados
desesperando a Picasso
que lo golpeaba con un palo
/ de ceniza
Aburrido bajó del
caballo
y comenzó a trazar en
el suelo figuras amorfas
líneas arrancadas de un
alfabeto imposible
Aquí cavaré la tumba de
Dios, se dijo
los gusanos jamás me
perdonarán
Y ordenó a sus mujeres
cortarse las venas
mientras él pintaba su
caballo de eternidad
26
Los viajes de la diligencia son
todos al más allá
Tendrán flechas suficientes los
apaches?
Vi a John Wayne arriba
de la diligencia
Disparaba a todo lo que
se movía
Lejos del alcance de
las balas
los indios le cantaban
el cumpleaños feliz
29
Vi a Tarzán en silla de
ruedas
sus gritos se oían en
todo el manicomio
De noche veía leones en
los pasillos
mandriles en los
barrotes de las celdas
serpientes bajo su cama
Le decía Jane a todas
las enfermeras
Cuando salía al patio
la selva cobraba vida
Los pacientes semejaban
cazadores furtivos
negros con sus lanzas
afiladas
Y cuando al fin cerraba
los ojos
extraños gorilas
irrumpían en su habitación
le ponían camisa de
fuerza
le aplicaban
electroshock
y lo portaban en
hombros al país de los enanos
donde nuevas aventuras
lo esperaban
junto a ríos perfumados
de cocodrilos
31
Vi a Kafka en el cuarto
de los juguetes
Conducía un tren
infinito
sobre rieles que
parecían anguilas
Bajo la cama otro niño
desarmaba
una oruga fluorescente
la oruga tenía el
rostro de Kafka
también los muebles,
los relojes
las paredes tenían su
rostro
las arañas aburridas en
sus telas
los juguetes en la
habitación
El único que no tenía
el rostro de Kafka
era el propio Kafka
cuyo rostro
semejaba una página en
blanco
© Mario
Meléndez, Derechos reservados
Esperando a Perèc, Pesaro,
Italia, 2013
Mario Meléndez (Linares,
Chile, 1971). Estudió Periodismo y Comunicación Social. Entre sus libros
figuran: Apuntes para una leyenda, Vuelo subterráneo, El circo de papel y La muerte tiene los días contados. En 1993 obtiene el Premio Municipal de Literatura
en el Bicentenario de Linares. Sus poemas aparecen en diversas revistas de
literatura hispanoamericana y en antologías nacionales y extranjeras. A
comienzos del 2005 obtiene el premio "Harvest International" al mejor
poema en español otorgado por la University of California Polytechnic, en
Estados Unidos. Parte de su obra se encuentra traducida al italiano, inglés,
francés, portugués, holandés, alemán, rumano, búlgaro, persa y catalán. Durante
cuatro años vivió en Ciudad de México, donde dirigió la serie Poetas
Latinoamericanos en Laberinto ediciones y realizó diversas antologías sobre la
poesía chilena y latinoamericana. Actualmente radica en Italia. A comienzos del
2013 recibe la medalla del Presidente de la República Italiana, concedida por
la Fundación Internacional don Luigi di Liegro.
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