POR PEDRO GARCÍA CUETO
El nuevo libro de
Beatriz Russo, gran poeta y mujer de gran capacidad imaginativa, es un
acercamiento al mundo de los sueños, un espejismo donde la belleza del poema
cobra resonancias. Se titula Nocturno
insecto y habla de los espacios interiores, donde los seres cobran vida,
tan pequeños como los insectos, meticuloso acercamiento a la vida y sus
criaturas, desde la mirada de la mujer que reflexiona sobre su lugar en el
mundo.
Para la
poeta, la niñez es un lugar edénico donde vivió el entusiasmo de la vida, la
distancia en la cual se vertebra el paso del tiempo, como el poema que abre el
libro, donde la mujer y la niña se conjugan, son espacios que vuelven, de arena
y vidrio, como si el tiempo fuese un reloj de arena y un espejo, donde la vida
nos envuelve, en mil prismas:
“Entre la mujer y la primera niña hay un espacio de
arena y vidrio. Gira el tiempo en su moción irreverente como un diábolo de
esquirlas. Me incomoda su simetría”.
La vida nos hace nadar en sus espejos, esos
ángulos simétricos donde nos vemos y desaparecemos, como si fuésemos olas del
mar, para la poeta, la vida es un círculo, lugar de inicio y de fin, que
vuelve, como en el eterno retorno de Nietzsche a su comienzo, la mujer que fue
niña vuelve a ser niña cuando va siendo mayor, simbiosis de la vida, principio
y fin unidos.
Pero la
poeta en este libro va más lejos, va trazando un horizonte de imágenes, va
conjugando con hilo fino el tapiz del cuadro, va esmerándose por enfrentarse al
mundo onírico que late dentro de ella, el de la niña-mujer que sigue viviendo
en ella.
Poemas
como el IV, cuando dice: “Se abre la puerta, cede la cerradura al ímpetu de la
llave. / La madera tiene el brillo de mi desnudez. / El insecto se mece sobre
mi piel pausada con su muñón / de gloria. / Me duelen las comisuras de los
labios y apenas / me he reído”.
Niña que
se ve en el espejo del tiempo, la madera que nos envuelve a todos ante la
muerte, el ataúd donde descansa el cuerpo y el insecto que roe nuestros restos
, parecen los presagios de ese futuro que vive en la mirada, la presencia de la
muerte, desde la plenitud de la vida, una sombra que vive y descansa en la
mirada de Russo.
En el
libro, late el cuerpo, siempre herido ante la madera, el viento, el acero, todo
aquello que va provocando el asombro del tacto, el poemario es sumamente
táctil, los poemas se tocan, son como cuerpos que nos seducen desde el deseo y
la decepción, son como rostros y restos de esos rostros, invitan a amar y a
sentirnos desolados, tras el estupor y el asombro de los cuerpos tras el acto
amoroso.
Si la
primera parte, Las hormigas furiosas es un paseo por el amor y la muerte,
parafraseando al famoso título de la película de Huston, en Grueso
ojo de facetas, late en poemas en prosa, la búsqueda de los cinco
sentidos, para culminar en el tercero, Entre la planta y el pájaro, a
través de poemas cortos, esta sinfonía que es el libro, donde se pueden ver
diferentes movimientos, los poemas extensos para hablar del tacto, la mirada,
el lento escuchar y rumor del mundo, a unos últimos poemas que expresan esos
consejos que son confesión, como abrazos que penan, sombras que duelen, amores
que se consuelan en la soledad del cuarto vacío.
Destaco el
poema IV, cuando dice: “No temas la soledad del mirlo. / Breve es el vuelo de
quien se aferra al sustento. / El grano crece en los campos de tierras airadas
/ por donde transitan los rayos de luz y brisa”.
Sin duda,
ese vuelo es de la poeta, que ya sabe, como el mirlo, que si soledad es viaje,
que es conocimiento, que volar es la única forma de soportar la vida, de ir más
lejos de lo visible, allá donde late la gran imaginación de esta gran poeta,
Beatriz Russo.
Bello
libro que aúna tres movimientos, el de la vida y la muerte, la niñez y la
madurez, en su primera parte, el de la vida, a través del goce y de sus
sentidos, en la segunda y ese último movimiento orquestal, como unos violines
que expresan la soledad de la mujer que sabe que sin el sueño y la imaginación,
la vida no vale nada.
Beatriz
Russo logra en este libro, publicado por Ediciones Tigres de Papel, una
cartografía vital que nos llena de emoción y de preguntas, las cuales solo
podemos contestar a través de la hondura de sus versos.
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