GAMONEDA
INTERIOR, EL PASO AL VERSO VERDADERO
POR PEDRO
GARCÍA CUETO
Antonio Gamoneda |
Y es la escritura transparente la que
enuncia el poema de Gamoneda, ese verso claro y diáfano, casi cristalino que
abre sus ventanas a un eco amoroso.
Como dice Miguel Casado en el artículo
citado, la escritura transparente hace visible aquello que trasparece, lo que
está debajo.
Su canto a la madre es una muestra de
afecto, como cuando el poeta dice en “Hablo con mi madre”: “Mamá: quiero
olvidar todas las cosas / en el final de mi respiración que canta”.
Si la escritura es “transparente”, todo lo
que canta se revela, tiene destellos, halos de luminosidad.
Pero Gamoneda sabe que decir la verdad en
el verso es callar también porque:
“Sé que el
único canto / la única poesía / es la que calla y aún ama este mundo”.
Por ello, en los poemas de Gamoneda hay
huecos, son silencios que desvelan la imposibilidad de decirlo todo, de
sincerarse ante el mundo, late el eco de la duda ante la existencia, siempre en
continuo desvelamiento, como si abriese telones y cerrase espacios abiertos,
todo en eterna contradicción.
Hay poemas de Gamoneda como “Geología”,
“Paisaje”, “Invierno”, donde el poeta calla en el verso la hondura del mundo,
busca en lo cotidiano, en los objetos y utensilios de cada día aquello que
enuncia la verdad, en una sartén, en una cesta, cualquier objeto es presencia,
no nos lleva a los terrenos inhóspitos del pensamientos, donde todo es duda y
temor, lo verdadero se revela y se hace canto.
Como le ocurrió a Blas de Otero en su libro
de 1955 Pido la paz y la palabra,
Gamoneda, como dijo Ildefonso Rodríguez, es el poeta ciego, el Homero que abre
los ojos y descubre el poema en la verdad de los objetos cotidianos, su poesía
se socializa, olvida todo lo anterior y entra en contacto con el mundo, se hace
verdadera, cuando, como le ocurrió a Aleixandre en Historia del corazón toma contacto con los otros hombres y con los
objetos cotidianos, que le alejan ya para siempre de toda trascendencia.
El poeta considera que “mi canto está mal
hecho”, Gamoneda cree que la denuncia no vale, es insuficiente, si en el poeta
no late un verso revelador, que enseñe el lenguaje de cada día, que se
identifique así con el pueblo.
Dice el poeta: “Fui ciego / como piedra de
cripta hasta que un día / vi en el mundo las cosas verdaderas”. Poeta
atravesado por la verdad, cuya fe manifiesta, ciego del mundo, cuya revelación
no llega hasta su libro Blues castellano.
Si la poesía vivía en sus primeros libros
como Sublevación inmóvil (1960),
Gamoneda no ha encontrado todavía el
lenguaje verdadero, ese que le una al mundo, aún vive entre luces y sombras,
entre el misterio del pecado original y la intrascendencia humana.
Será después cuando abra ese caudal, en Blues castellano hay un apartamiento de
la indignidad del mundo, Gamoneda se siente avergonzado de ese lenguaje
anterior, solo y desvalido ante sus propios espejismos, quiere compartir y dar
a los otros su verdad, entender el mundo que lo rodea y serle fiel. Para llegar
a los demás solo existe el dolor que vive dentro de su piel.
En Blues
castellano hay un llanto a secas, por la vida, la injusticia y el dolor que
late en todo, por la respiración de las cosas, las oye como si encontrara el
oxígeno que necesita para volver a enfrentarse al mundo. A través de un nuevo
lenguaje, el poeta encuentra su íntimo decir que está con los otros, en
sintonía y armonía vital.
Pero las palabras de Ángel Luis Prieto de
Paula en su artículo de República de las
Letras, en el citado número dedicado
a Gamoneda, nos aclara el pasado que ha vivido en él y que hace necesario ese
nuevo ser ante el mundo. El artículo se titula: “El sabor de la desaparición en
Antonio Gamoneda” y dice el prestigioso profesor e investigador que Gamoneda
fue un niño de la guerra y eso le marcó, su poesía se basó en ese tiempo de
dolor, hasta que en “Descripción de la mentira” reflejó “su fracaso histórico y
temporal”. Ya en ese libro, de 1977, se revela el deseo de cambia, de unirse al
mundo, de encontrar un nuevo verso, que culminará en Blues castellano y que recopilará en Edad (1987), un libro que recoge una antología de su poesía,
publicado en Cátedra.
Coincide Antonio Colinas con Prieto de
Paula en que Descripción de la mentira
es el comienzo de ese cambio en su poesía, cuando comienza la palabra
verdadera, palabra-origen, en la senda de Valente, comienzo de un nuevo
lenguaje que cobra todo su sentido en su famoso Blues castellano.
Concluyo diciendo que Gamoneda es un poeta
de verso llano y profundo, que revela al ser que vivió la Guerra Civil de niño
y que vivió una dura posguerra, ese ser que encuentra en los demás el verdadero
sentido de una obra poética de altura que hay que celebrar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario