sábado, 16 de diciembre de 2017

Reminiscencias de Colombia

Reminiscencias de Colombia de Eugenio Chang-Rodríguez


     
Eugenio Chang-Rodríguez
En 1965 interrumpí mis labores de “scholar in residence” en la Universidad de Oklahoma, con el fin de viajar a Colombia a pasar una semana en Bogotá como asesor de Jimmy Yen (1893-1990), presidente del Institute of Rural Reconstruction, fundado en 1960, en cuyo directorio figuraban William Orville Douglas (1898-1980), Juez de la Corte Suprema de los Estados Unidos, y otras personalidades norteamericanas progresistas. Acepté la invitación para viajar a la llamada “Atenas de Sudamérica”, capital de Colombia, cuyo ex ministro de educación Germán Arciniegas (1900‑1999), era el autor de la “Introducción” a mi libro La literaria política de González Prada, Mariátegui y Haya de la Torre[1].  
        Con estos antecedentes, se puede comprender cuán preparado estaba mi ánimo al arribar con Jimmy Yen a Bogotá el viernes 20 de agosto de 1965, en circunstancias de relativa calma política en la mayor parte de Colombia. Nos hospedamos en el Nueva Granada, sucesor del hotel donde se habían alojado muchos delegados e invitados especiales a la IX Conferencia Panamericana[2], interrumpida por el bogotazo, iniciado el 9 de abril de 1948, a raíz del asesinato del dirigente liberal Jorge Eliécer Gaitán (1898-1948). Este albergue ya no era el principal hotel de Bogotá, pero su comedor seguía siendo uno de los mejores de la zona.  El 10 de abril, el principal diario de la ciudad informó:

Designado como uno de los diez revolucionarios más importantes de nuestra época por su vida consagrada al titánico trabajo contra los cuatro males principales que azotan a los pueblos subdesarrollados (según su concepto: la pobreza, la enfermedad, el analfabetismo y la indiferencia cívica), llegó ayer a Bogotá, procedente de Nueva York, Jimmy Yen, llamado el genio de la reconstrucción rural y presidente del movimiento internacional de educación de las masas.  Lo acompaña el catedrático de la Universidad de [la Ciudad de] Nueva York, Eugenio Chang-Rodríguez. Jimmy Yen fue el artífice de la reconstrucción rural de Filipinas y de otros países, demostrando la eficacia de su movimiento de educación de las masas campesinas con la colaboración de todo el pueblo[3].

        También en setiembre de 1965, Gloria Valencia Diago, nacida en 1927, licenciada en comunicación social de la Universidad Javeriana y directora durante veinte años de la sección de Cultura del diario El Tiempo de Bogotá, me entrevistó para informar a sus lectores acerca de mis labores de asesor literario de la Charles Scribner’s y del progreso en editar obras literarias latinoamericanas traducidas al inglés[4]. Terminada la entrevista, la prestigiosa columnista y crítica de arte amablemente me llevó en su auto a varios lugares históricos de la ciudad.  Otro día, tuve la oportunidad de visitar el Instituto Caro y Cuervo en Yerbabuena, donde conversé con profesores del Instituto, entre ellos, Luis Flórez,[5]  y  conocí a Alcira Valencia, eficiente secretaria del Instituto, con quien por muchos años iba a mantener correspondimos con motivo de nuestro intercambio de libros y revistas. El Instituto me remitía regularmente su revista Thesaurus y algunas publicaciones y yo les correspondía con libros y separatas de artículos.
 
Germán Arciniegas
     Años después, tuve la satisfacción de reencontrarme varias veces con Germán Arciniegas en Washington, Nueva York y Lima.  Almorzamos en casa de Armando Villanueva del Campo el 29 de julio de 1985, al día siguiente de la ceremonia de inauguración del presidente Alan García. En esta ocasión, me pidió un artículo para publicarlo en una nueva revista que proyectaba en la Universidad de los Andes. En 1988, Carlos Lemos Simmons, Embajador de Colombia en la OEA, me llevó al Aeropuerto Nacional de Washington a recibir a Germán Arciniegas. Entonces yo era Ministerio Consejero de la Embajada del Perú en Washington, D. C.  Algo después, Carlos Lemos Simmons fue nombrado canciller y presidente de su patria por breve tiempo y diez años más tarde sería precandidato presidencial en las elecciones generales. Con Germán Arciniegas, nos volvimos a ver en Nueva York en 1989, cuando The Americas Foundation lo honró con la bien merecida distinción de “
Hombre de las Américas”.  Aunque estaba programado como uno de los oradores principales en el homenaje a Víctor Raúl Haya de la Torre en el Museo de la Nación de Lima en 1995, a última hora Germán Arciniegas no pudo viajar y Otto Morales Benítez leyó su conmovedor discurso[6]. Mucho lamentamos sus admiradores el fallecimiento de Germán Arciniegas ocurrido en el 1999, meses antes de cumplir cien años de fructífera vida.

Otro recuerdo de Colombia me lo ofreció Mario Vargas Llosa (n. 1936), Premio Nobel de Literatura de 2010, nuestro amigo desde 1968, cuando se alojó en nuestro departamento de entonces (420 E 55th St., Manhattan). Mario nos obsequió una copia del folleto publicado por el colombiano Francisco Posada Díaz (1934-1970), Los orígenes del pensamiento marxista en Latinoamérica (Cuadernos de la Revista Casa de las Américas 6, La Habana: Casa, 1968), en cuyas pp. 14-16 se ocupan de mi Literatura política de González Prada, Mariátegui y Haya de la Torre (México: De Andrea, 1957). Nos obsequió también una copia del mismo libro de Francisco Posada publicado en Madrid por la Editorial Ciencia Nueva (1968), que tiene en sus pp. 13-17 comentarios sobre la Literatura política…ya mencionada. Mario Vargas Llosa conoció a Francisco Posada en París a principio de 1960 cuando simpatizaba con sus ideas.
       El padre de Francisco Posada Díaz fue el abogado Francisco Posada Zárate, uno de los ministros claves en el gabinete de Gabriel Turbay Abinader, candidato liberal a la presidencia de Colombia en 1946. Su hermano mayor, Jaime Posada, fue a los 19 años director de Lecturas Dominicales, el suplemento cultural más prestigioso del país, publicado semanalmente por el periódico El Tiempo, de propiedad del expresidente Eduardo Santos. A los 21 se desempeñó además como director de la Revista de América. Francisco Posada Díaz fue uno de los seis filósofos principales en Colombia del siglo XX, junto a Cayetano Betancur, Danilo Cruz Vélez, Nicolás Gómez Dávila, Guillermo Hoyos Vásquez y Ramón Pérez Mantilla. Posada comenzó a destacarse a mediados de la década de 1950, cuando era miembro del grupo Nuevo Signo y directivo de la Federación de Estudiantes Colombianos FEC. Y autor del Esquema de una teoría de las emociones de Jean-Paul Sartre en la revista Mito. Ese tratado figuraba desde 1949 en el Index librorum prohibitorum.

Francisco Posada Díaz
      A finales de la década de 1950 y comienzos de los años de 1960, Posada vivió cierto tiempo en Gotinga, Frankfort sobre el Meno y París, en donde se contactó con Jacques Lacan, cuya obra había divulgado desde 1958 en Tierra firme, asistió a cursos de Lucien Goldmann, y se relacionó con jóvenes escritores de otros países latinoamericanos establecidos entonces en París, como Mario Vargas Llosa. Además, se interesó vivamente por los procesos políticos y sociales de América Latina.  Al retornar a Colombia y se vinculó con la Universidad Nacional, la impulsó y se interesó en la obra de José Carlos Mariátegui. Francisco Posada Díaz falleció a los 36 años siendo decano de la Facultad de Filosofía. Sus publicaciones son parte importante de la historia intelectual colombiana del siglo XX.




[1]. Germán Arciniegas, "Introducción" a La literatura política de González Prada, Mariátegui y Haya de la Torre, por Eugenio Chang-Rodríguez (México: Studium, 1957): 9‑17.  Reproducido como "González Prada, Mariátegui, Haya de la Torre: tres momentos de una sola vida" en Cuadernos Americanos 93.3 (mayo‑junio 1957): 203‑11; La Tribuna (Lima) 11, 13 y 14 de julio de 1957; y en folleto aparte, publicado por Armando Villanueva del Campo en Lima en 1958.
[2] . La IX Conferencia Panamericana, inaugurada, el 30 de marzo de 1948, estableció la Organización de Estados Americanos (OEA) en reemplazo de la Unión Panamericana. A ella asistieron notables delegados, como el general estadounidense George Marshall (1880-1959), el poeta mexicano Jaime Torres Bodet (1902-74), y el poeta y ensayista guatemalteco Luis Cardoza y Aragón (1901-1992).
[3]. “Desde Eldorado”, El Tiempo (Bogotá), 21 de agosto de 1965, p. 8.     
[4]. Gloria Valencia Diago, “Selección de escritores colombianos publicarán en E.U”, El Tiempo (Bogotá), 29 agosto 1965, p. 13. Artículos de Gloria Valencia Diago de gran difusión fueron: “En bienal se convertirá el Salón Panamericano de Artes Gráficas”, El Tiempo (Bogotá, Colombia). -- nov. 4, 1972 ill, y Académicos vs. Artistas: el monumento a Bolívar, El Tiempo (Bogotá, Colombia). -- ago. 7, 1980 1- B: ill.
[5]. El colombiano Luis Flórez es muy apreciado por La pronunciación del español en Bogotá (Bogotá:  Instituto Caro y Cuervo, 1951; Habla y cultura popular en Antioquia (Bogotá: Instituto Caro y Cuervo, 1957); Léxico de la casa popular urbana en Bolívar (Bogotá: Instituto Caro y Cuervo, 1962); El español hablado en Santander (Bogotá: Instituto Caro y Cuervo, 1965);  “Muestra de anglicismos y galicismos en el español de Bogotá”, Boletín de la Academia Colombiana 14 (1964): 260-78; y sus contribuciones al atlas lingüístico de Colombia.
[6]  Otto Morales Benítez (1920-2015), abogado internacionalista, ex Secretario General del Partido Liberal, miembro correspondiente de la Academia Colombiana de la Lengua, exministro de Trabajo y Agricultura, exsenador, Diputado a la Asamblea Departamental de Caldas, varias veces precandidato a la Presidencia de la República fue nombrado y profesor honorario de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en Lima. En 1990 el Congreso Nacional de Colombia le confirió la condecoración "Gran Cruz de la Democracia" por los servicios prestados a ésta.

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