jueves, 25 de abril de 2019

El Sur de Víctor Erice


EL SUR DE VÍCTOR ERICE: CUANDO DUELE EL TIEMPO

POR PEDRO GARCÍA CUETO


El Sur. Víctor Erice
El Sur. Víctor Erice
   Con El Sur (1982) llega la segunda obra maestra del director vasco, en este caso, cuenta la historia de otra niña, Estrella (Sonsoles Aranguren), que viaja con su padre, Agustín, siempre en tren (de nuevo, el tren, máquina que huye del tiempo en busca de una felicidad que la vida niega). Todos los viajes vienen del Sur y del pasado o van hacia él. Aparece la casa familiar donde el padre y su hija alientan un mundo de sombras, pero también de luz. La llaman “La Gaviota”, donde muy pocas personas viven en el interior, anidando un espacio que conoce el dolor que trasmite el silencio, en la línea de El espíritu de la colmena.
   El péndulo es otro elemento fundamental, donde Agustín (un extraordinario Omero Antoniutti) crea un mundo de sueños y de sombras, en el desván de la casa, allí aprende Estrella la capacidad de su padre como demiurgo, como hombre que traslada sus silencios al otro lado de la vida. De nuevo, hay una referencia clara a su película anterior, El espíritu de la colmena, donde Ana, la niña, miraba el pozo, los giros de la piedra al caer al agua, aquí son los vaivenes del péndulo, en un acto místico inolvidable. Hay algo sagrado en la comunicación interrumpida entre padre e hija, las palabras se encuentran a veces con los silencios donde dormita una historia clandestina y secreta del padre.
   Julia (Lola Cardona) es la testigo del mundo del padre, la que conoce el secreto, por ello, será ella la que cuenta a la niña la historia que tuvo lugar en el Sur, donde su padre tuvo un amor especial, alguien que sigue perenne en su memoria, Irene Ríos. Sin olvidar a la criada, una inolvidable Rafaela Aparicio, que envuelta en su sabiduría escénica, cuenta a la niña revelaciones e historias, en su afán de dar una visión onírica a la vida.
   Sin desvelar más sobre la historia, vemos la magia de la mirada de la niña, las sombras del padre, la importancia del cine, Irene Ríos es una actriz que cautivó al hombre que hoy es la devoción de Estrella, la importancia de las cartas. Todos son elementos aparecidos en su anterior película, que van cobrando significados cada vez más hondos, lo que refuerza la idea de que el cine de Erice es un cine de símbolos, de objetos que empiezan a cobrar toda su intensidad, de miradas que pesan en las sombras de la casa, de silencios, cargados de verdades.
   Agustín, hombre que no encuentra nada ni nadie para superar su dolor, acabará quitándose la vida, lo que refuerza su hermetismo, su incapacidad para permanecer en el mundo y disfrutar de la devoción que su hija siente por él, nos encontramos con un padre que niega el afecto a su hija, al menos en lo más profundo de su ser.
 
El espíritu de la colmena. Víctor Erice
El espíritu de la colmena. Víctor Erice
   Película mágica, que nos desvela un mundo único, El Sur es un paso más allá de El espíritu de la colmena, porque en ella vemos de nuevo las miradas de los protagonistas, sus silencios, las ventanas que se abren a un pasado que es misterio y por la que transitan recuerdos y olvidos, sombras y luces.
    Si el personaje de Fernán Gómez en El espíritu de la colmena reflejaba la pérdida de identidad de un hombre que había perdido la guerra, Agustín es un perdedor, un autómata que vive su vacío, el recuerdo de Irene Ríos, la incapacidad para entender el mundo presente, en una búsqueda que solo puede conducirle al abismo.
    En el cine de Víctor Erice, autor de tres grandes películas, los símbolos van tamizando todo, cualquier espacio cobra significación, lo que refuerza la idea de que el lenguaje cinematográfica es sumamente visual, lo podemos trasladar a la literatura, porque los breves diálogos son poemas incompletos, hay una lírica profunda, honda, en cada imagen, en el desgarro de unos seres humanos que han perdido la fe en la vida y que expresan en sus silencios su desarraigo vital.
    Erice también tiene en cuenta el mundo de los niños, porque, al igual que en El espíritu de la colmena, hay una clara confrontación entre adultos y niños, los primeros guardianes de secretos que les llevan a la infelicidad y los segundos, seres que van descubriendo la vida en su lucha entre las luces y las sombras, los juegos de las hermanas de El espíritu de la colmena eran una forma de alejar el fantasma del pasado de los adultos, son la única forma de exorcizar los demonios de un mundo que se deshace, un espacio que ha dejado de tener sentido, donde la vida es inhabitable.
     El Sur es una hermosa película, de bella fotografía, de miradas que se van cincelando en nuestro interior, de diálogos que quedan ungidos en nuestra mente, son jeroglíficos que podemos traducir, llevándolo todo a una realidad que ya carece de sentido, donde duele el tiempo y la vida queda en sombras. 
El Sur. Víctor Erice
Víctor Erice
  
Por ello, el fatídico final, único posible a esta película de largos silencios, de miradas hondas, donde Erice compone un fresco de sentimentalismo y una personalísima mirada al cine, esa fábrica de sueños que aquí expresa cómo el mundo adulto y el de la infancia ya no pueden encontrarse, son dos espacios opuestos, el primero repleto de sombras y el segundo en construcción, una infancia que sin querer conformará a mujeres (esas niñas de El espíritu de la colmena y El Sur) con miradas que desvelan el pasado que ha marcado trágicamente sus vidas. Simplemente expreso esta intuición, pero afirmo que la infancia es nuestra verdadera patria y todo lo que somos viene de atrás, de la manera en que vimos y sentimos la vida cuando éramos niños. Erice sabe que hay un paraíso desterrado, un edén que ya no podremos conquistar de mayores, me refiero, cómo no puede ser de otra manera, a la infancia. Con El Sur nos queda un dolor adentro, un pálpito triste, una mirada honda a las luces y sombras de la vida, mi película española favorita, toda una obra maestra.

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