Mostrando entradas con la etiqueta Colección Mirada Narrativa. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Colección Mirada Narrativa. Mostrar todas las entradas

jueves, 27 de febrero de 2025

Los sueños de un médium de Hugo F. Cabrera

 

Nuevo título de Mirada Malva

Los sueños de un médium de Hugo F. Cabrera

CLASIFICACIÓN: 

TAMAÑO: 13cm x 21cm 

PÁGINAS: 214 

PVP: 16 € 

ISBN: 9788412434378 

ENCUADERNACIÓN: Rústica

Colección Mirada Narrativa n. 29

Si una intrusiva mosca husmea insistente el lugar donde usted lee este libro, si la lámpara que ilumina las páginas centellea, si un gato gris de ojos rojos se acerca, o el perro gime inquieto, no se distraiga, siga leyendo, simplemente los lémures que rondan cada capítulo están inquietos, saben que un intruso de buena fe, se propone penetrar en sus aposentos.

No se preocupe que los espíritus mientras usted se limite a seguir con devoción sus movimientos y acciones, son inofensivos, respetan sus espacios, permanecen inadvertidos porque ellos son los muertos, nuestros muertos, y a los muertos hay que venerarlos, no invocarlos, inmortalizarlos y honrarlos para que su entorno, que es el más allá, no se confunda con los recodos de la vida.

Esta novela construida magistralmente, no sólo transcribe la experiencia de una familia que desafía ingenuamente el poder sobrenatural de los espíritus, sino que en esa osada aventura choca abrupta y enigmáticamente con la presencia paranormal de sus seres queridos que llevan años inmersos en el gigantesco inventario de la muerte. Nunca imaginaron que esa noche marcara con tanto acento, y para siempre sus vidas.

martes, 27 de abril de 2021

Todos los chicos de Fernando R. Mansilla

 

NOVEDAD EDITORIAL MIRADA MALVA

Autor: Fernando R. Mansilla

Título: Todos los chicos (novela)

Clasificación: ELT: libros de lectura de literatura y ficción
Tamaño: 15.3cm x 23.3cm
Páginas: 286
EAN 13: 9788412020564
PVP sin IVA: 16.35 €
PVP con IVA: 17 €
Peso: 408.84 g.

Un escritor sin obra propia, cuya existencia adulta ha oscilado entre las historias fantásticas de sus lecturas y escribir a sueldo para otros, justo a la mitad del camino según Dante, decide jugarse su vocación con una última carta: contar lo único que conoce bien, su propia vida. Todos los chicos narra la existencia de cuatro personajes tejida entre sus años en un colegio para varones en la Lima de principios de los años noventa y los del tiempo de la escritura. El fútbol ofrece el único campo de juego parejo y en el estilo de jugar se cifra también la manera de enfrentar la vida. Todos los chicos es, entre otras cosas, una novela de formación cuyo único aprendizaje posible parece ser la urgencia de escapar del país. ¿Pero es posible escapar del origen? Mansi, el personaje-narrador responde la pregunta sin esperanza, con un estilo maduro, sin alardes, ceñido a lo que se cuenta. ¿Y qué pasa, además, si el origen se borra? En esta paradoja -la imposibilidad de escapar de algo que se desvanece- reside el enigma de Todos los chicos; de manera que la novela también proyecta una mirada nostálgica hacia esos años del colegio. En última instancia, la obra reitera, haciendo eco de Onetti, que el infierno tan temido está en la inmediatez de la vida cotidiana y que nadie escapa; pero deja también un resquicio para, según la fórmula de Calvino, hallar en el infierno lo que no es infierno.
Juan Manuel Portillo

martes, 1 de octubre de 2019

Detective Santré. El caso Chang de Julián Nalber

Detective Santré. El caso Chang de Julián Nalber
Portada Detective Santré. El caso Chang
 de Julián Nalber
Editorial Mirada Malva, EspañaNuevo título de Mirada Malva


Detective Santré. El caso Chang

de Julián Nalber

Colección Mirada Narrativa n. 25
Tamaño: 13cm x 21cm 
Páginas: 222 
EAN 13: 9788412020526

Sumergido en la Bogotá contemporánea, un profesor universitario, convertido en detective privado, indaga un enigmático homicidio ocurrido en un restaurante chino de un barrio icónico de la ciudad. Una aventura urbana en la que el detective Santré no solo desenmascarará a los victimarios sino que a su vez enseñará algunos rostros clandestinos de la capital colombiana.
El género de la novela negra tradicional, definido por Raymond Chandler, puesto en escena, sin ambages, con un lenguaje vivo y con un ritmo trepidante, que evoca los inolvidables episodios de los tebeos de literatura pulp que en el pasado entretenían a las mayorías.
Una obra, que traza las intrigas del complejo mundo urbano y el de sus personajes, cautivará al lector inquieto, amante de los relatos policíacos y de la marginalidad asfixiante de las grandes ciudades.

lunes, 1 de julio de 2019

El ojo en la aguja de Consuelo Triviño Anzola

Nuevo título de Mirada Malva:

El ojo en la aguja (cuentos)
Consuelo Triviño Anzola
Tamaño: 13cm x 21cm
Páginas: 106
EAN 13: 9788412020519

Desde sus primeros cuentos, Consuelo Triviño Anzola aporta la constancia de la soledad y la insistencia de una búsqueda que se fija, simbólicamente, en seres fracasados. Nunca se colma la inquietud, siempre surge la aparente contradicción entre la mujer aburguesada que busca la libertad y la mujer libre que no encuentra la felicidad. Los personajes sienten la necesidad de huir, de dónde sea y hasta lo indefinible, siempre en busca de una plenitud que se sabe inalcanzable. Si en los relatos iniciales podía pensarse en un romanticismo juvenil, en estos, ya de madurez, que componen El ojo en la aguja, se comprende que responden a la insatisfacción interior de la mujer actual. Un libro que el lector mantendrá en sus manos tiempo después de concluir su lectura.

martes, 28 de mayo de 2019

Casa de cielo de Héctor Perea. Presentación


CASA DE CIELO

Por Andrés de Luna
Escritor mexicano

Héctor Perea es un escritor cuya eficacia se puede comprobar al leer los cuentos de Casa de cielo (La mirada malva, Granada, España, 2017).  En este volumen aparecen textos breves que son una suerte de apertura de lo que serán las narraciones más largas del resto del volumen.
De esta forma, “Ni la boca andaba” y “Abertura” son dos cuentos ráfaga que nos ponen en contacto con un mundo que se ha enriquecido muchísimo con los viajes de Perea, quien ha vivido en Madrid, en Roma y, desde luego, en la Cd. de México.  Estas tres ciudades forman un triángulo ideal para la escritura de un intelectual  que ha sabido habitar el mundo  con todo y sus contradicciones y sobresaltos, así como también con las buenaventuranzas de unas geografías propicias.  De este modo, “Casa de cielo” es un  libro que trabaja temas como la memoria, el recuerdo, el tiempo y el olvido. Su prosa tiene las armonías que le permiten deslizarse por estos temas para dejar claro que estamos ante un escritor que sabe ir de lo inmediato a lo que conoce y que resbala para llevarnos hacia otros rumbos.
            Mario Vargas Llosa escribió que: “La memoria es el punto de partida de la fantasía, el trampolín que dispara la imaginación en su vuelo impredecible hacia la ficción”. Esto es lo que hace de la escritura de Héctor Perea una riqueza conceptual  que se fortalece con el desarrollo de sus relatos.  En ‘Una mirada oblicua” se lee lo que piensa el personaje de una niña: “Estuvo un rato esforzándose por hacer coincidir en claridad el recuerdo y aquella imagen aún sin historia que veía a través de los gruesos cristales. Pero en realidad ni uno ni otro tiempo quedaban en el mismo marco. Peor aún,  ni en recuerdo era más  que un rápido boceto ni lo que veía con precisión y brillo en las esquinas significaban nada para ella. Al menos hasta ahora’.  Un texto que habla de desapariciones y vueltas a los recuerdos que sobreviven pese a los desgastes de una memoria que se aferra sin lograrlo para obtener un rico pasado que de pronto y sin más es simple borradura.  Por ello, Perea nos recuerda:  ‘Entre el recuerdo y el olvido del recuerdo había una delgada, delgadísima ranura sin nada’.  Incluso las palabras que podrían hacer frente al  fenómeno y resguardar lo que se anula en el cerebro, también se pierde y se esfuma en medio de luminiscencias que son fugas de los términos originales.  Tal vez por ello, la manera que tenemos de enfrentar esto es escribir en su momento aquello que luego recordaremos con mayor precisión.
‘El performance’  es un acto artístico que aquí está compartido, entre otros, por una niña y su padre. Lo que conforma  la obra tiene que ver con la sustancia viscosa y fosforescente que resbala de los muros de unas columnas de pelos. Todo esto resulta una suerte de aprendizaje para una pequeña que nunca ha visto semejantes cosas.  Al final del relato surge el nombre de la arquitecta del museo, que Joaquín, el padre de la menor, trata de recordar sin éxito, sólo se queda en  Zaha, el apellido se queda trabado en medio de otras cargas memorísticas más recientes. El apellido Hadid  se queda de las consideraciones del hombre.  Aquí podría escucharse  lo que comenta el filósofo francés Pierre Bertrand en su libro “El olvido” (Siglo XXI, México, 1977): “El recordar es ya comienzo de olvido en la medida en que desactualiza  el pasado, lo fecha o lo hace temporal. En el momento en que el pasado es deseternizado, temporalizado, el tiempo comienza  su trabajo: el pasado expropiado, reintegrado,  localizado, situado detrás,  perteneciendo a un mundo cumplido. Comienza a ser olvidado, poco a poco, sin perjuicio. El pasado es entregado al tiempo, que lo devora.”
La escritura de Héctor Perea de pronto adquiere sentidos y símbolos que derivan en una manera de contarnos hechos. Así en ‘Vista del interior’, el narrador cuenta que: “Cuando su vida era distinta y todo eso lo apreciaba entre un parpadeo y el próximo. Dentro del tiempo sin tiempo de aquellos viejos sábados. ´  Esto lo consigue Héctor con un trabajo de prosa fina que desgrana sus maneras al ponerlas sobre relatos que siguen estas líneas sin agotarse, con la complejidad  o la sencillez que el autor decida colocarlas en el momento.  ‘Vista del interior’  termina en una visita al club de parejas liberales, ahí aparece la música de los mariachis, las luces intermitentes, los cuerpos que se entregan sin descanso a una prolongada sexualidad. Todo esto lo cuenta el autor con una escritura que tiende a ser una prosa veloz, que se aleja de las posibles interpretaciones. Esto aparece con todo detalle en ‘Vista del  interior’, y que luego reaparecerá en ‘La lengua en dos´,  ‘El hecho’, ‘El barrio francés’ y ‘Ogni pensiero volta’. Cuatro textos formados con la mismas revelaciones en torno a un tiempo en quiebre permanente. Sólo que este fenómeno ocurre de cara a la ficción, pues la vida pasa, en términos generales en un presente perpetuo. En la existencia el tiempo comprime la vitalidad del sujeto, y por ello esta categoría está lejos de ser desplegada en el espacio, cosa que sí pasa cuando está uno frente a un escritor que se plantea hacer estas rupturas de la temporalidad. De este modo, Perea construye una serie de textos ligados a una sorprendente visión de lo que podía darse a través de estas rendijas por las que se cuelan otros hechos y donde el tiempo está lejos de ser un obstáculo, y mejor dicho funciona como un alerta ante las acechanzas de lo real.
Uno de los cuentos, ‘La lengua en dos’ narra la experiencia académica de un hombre que va a Italia para participar en un congreso. En ese texto Perea habla de : “La de la  lucha sin límites de tiempo. A una sola caída.”  Utiliza los términos con los que se describe la lucha libre, sólo que aquí la lectura otorga más valor al simbolismo .  El principio y el final de ese cuento traba contacto con un hecho que se pierde en el vacío, un vomito. Sólo que en este relato admite otras interpretaciones. Perea casi en las últimas líneas del cuento añade: “ Y con la idea de no ser ya nada sino vértigo puro. Sino derrumbe al aire libre. En un tiempo indeterminado. Abstracto. Tiempo sin cuerpo ni alma.”
Estos son los mecanismos que emplea Héctor Perea en un libro escrito con la madurez literaria a la que nos tiene acostumbrados el autor. Sus últimos relatos “El barrio francés” y “Ogni pensiero vola”, son dos estructuras narrativas que forman parte de “Casa de cielo”, los experimentos que hace el escritor en ambos relatos se pueden considerar dentro de lo mejor de la prosa de Perea.
En ambos cuentos susbsiste ese espíritu abstracto que domina casi en todos los textos del libro. Perea quiere dejar atrás el cuento que describe una anécdota, sólo eso, para él escribir es dejar un hueco que sólo puede rellenarse con la intencionalidad de hacer otra cosa con los textos. De tal forma que muchos de los relatos de “Casa de cielo” apuntan hacia lo abstracto, hacia otra dimensión literaria que va más allá de una formulación anecdótica.  Por  todo esto, el libro de Perea es un trabajo que debe leerse a la brevedad, pues sus aciertos hablan de un escritor capaz de dominar el tiempo literario y darnos un avance de sus logros.

viernes, 8 de marzo de 2019

Presentación Casa de cielo de Héctor Perea


Casa de cielo, libro de relatos de Héctor Perea
Feria Internacional del libro. Palacio de Minería. 23 de febrero de 2019

Por Norma Patiño
Profesora e investigadora mexicana

Casa de cielo de Héctor Perea
Portada Casa de cielo
Parece que todo se ha dicho sobre las diversas formas de narrar y de escribir los relatos. Sin embargo cuando se lee Casa de cielo, queda la impresión de que no es así, este libro es un experimento fabuloso de los viajes de la imaginación y del lenguaje. Héctor Perea nos demuestra que no hay reglas en este género. ¿Cómo empezar a describirlo? Este es un libro insólito, una serie de historias de los pensamientos y un ejemplo de la libertad de la imaginación literaria.

Hay que decir que estos cuentos de Héctor son suigéneris, nada los puede etiquetar en un estilo narrativo clasificado, son verdaderamente una “varia invención”, para jugar con aquel título del siempre admirado Juan José Arreola. ¿Por dónde asir Casa de cielo? Perea nos da una clave cuando cita, en uno de sus epígrafes, a Alfred Polgar: “Era un grano de arena en la orilla de la existencia” (pág. 17). Esa es una de sus estrategias, contar la importancia de cosas aparentemente tan insignificantes como un grano de arena en la vida de alguien, ¿o de algo?, al grado de llegar a la abstracción pura. Y sobre esa “norma”, el autor nos sacude con sus idas y venidas, digo venidas y valga el doble sentido en alguno de sus textos (Vista del interior, pág. 67), del mundo real a la fantasía más sublime, del presente al pasado o al futuro, las ideas y la memoria corren más rápido que la lengua y que los dedos sobre el teclado. Los vaivenes del deseo se vuelven palabras/textos.

En la prosa impecable y libre de Héctor Perea se encuentra una voz coloquial fascinante, o mejor dicho, varias voces, porque hay muchos interlocutores, a veces dentro de una misma historia; hay en ella una expresión deleitable, una intimidad inesperada que apenas se deja ver por los intersticios. El uso del lenguaje autónomo, a veces abstracto funciona sin reglas. El autor entra y sale de esa intimidad, nos cuenta una escena y de pronto está en otro lado, corre, conduce, viaja, siente, saborea, recuerda y regresa a la escena. Funciona como los pensamientos mezclados con las emociones, no es verdad que hay una perfecta linealidad en cómo pensamos, a veces estamos trabajando en algo y de pronto trascurren por nuestra mente ideas e imágenes de forma desordenada: “olvidé apagar la luz del cuarto”, “tengo ganas de algo frío”, o llega algún recuerdo familiar, en fin, cualquier otra distracción, y volvemos a lo que nos ocupa. Perea vuelve a la historia una y otra vez y nos involucra en ese ir y venir, y esa es la lógica de sus cuentos, un poco como la lógica de los sueños, trabaja en un orden “desordenado”. Como dije antes, Casa de cielo es un espléndido ejercicio de la imaginación.

“La memoria encubierta” (pág.21) es uno de mis favoritos, es especialmente cautivador. Un hombre nos cuenta: “Una mañana, camino del trabajo, me detuve a comprar cigarros en un changarrito y sin querer junto al portón de la vecindad, escuché esa plática por primera vez. En seguida puse el ojo frente a la cerradura enorme y oxidada. La mujer frotaba ropa en el lavadero del patio mientras hablaba sobre su hijo con otra vecina, muy bajita y como tímida. Inesperadamente, de un día para otro, el joven había tenido que abandonar el vecindario y el país. Y a la pobre no le había dejado sino recuerdos con claridades diversas…” Este hombre, que va a comprar cigarros, alcanza a escuchar esa historia que apenas se boceta, desde una cerradura consigue medio a ver a las mujeres, la curiosidad que se le despierta al personaje nos contagia, de pronto la revelación que implican sus palabras cobra una importancia inimaginable. La frustración al no poder escuchar el final de la historia, ni poder ponerle caras a los protagonistas, es desesperante. Me hizo recordar algo que de seguro nos ha pasado a todos, alguna vez, mientras me relajaba en el vapor del gimnasio, un par de chicas a las que no les pude ver el rostro, ni pude identificar sus voces, contaban una historia que me hizo quedarme más tiempo de lo planeado, me acaloré hasta el agotamiento a más de 45 grados de calor húmedo, llegué tarde a mis citas, las cosas se me alteraron, todo con tal de escuchar el chisme. Y ni siquiera llegué a enterarme del desenlace. Es algo raro, una historia que no nos incumbe para nada, pero que nos causa una enorme curiosidad y expectación, puede hacernos sentir que algo no se ha completado en nuestro día. Pero en la literatura esto sólo sucede cuando algo está bien contado.

Cuando leí “Ni la boca andaba” (pág. 17) no pude dejar de recordar “La pasión según G.H.”  de Clarice Lispector, novela extraña que cuenta la obsesión de la protagonista por una cucaracha que se le aparece de pronto en la puerta de un ropero, un viaje insólito e insoportable por ese universo minúsculo, mezclado con lo cotidiano, aparentemente insignificante, pero que crece en importancia vinculado a la vida y a la memoria de la narradora, un juego de poderes: “La cucaracha con la materia blanca me miraba. No sé si me veía, no sé lo que una cucaracha ve. Pero ella y yo nos mirábamos, y tampoco sé lo que una mujer ve. Pero si sus ojos no me veían, su existencia me existía –en el mundo primario donde había entrado, los seres existen en los otros como un modo de verse…”[1] Y toda la novela gira alrededor de este pequeño cosmos, son ella y la cucaracha. Hasta ahí Clarice Lispector. Pero sigamos con un fragmento del cuento de Héctor (“Ni la boca andaba”): “Con la espalda bien untada al pan se escurrió por un costado, poco a poco, hasta descubrir a lo lejos, en una esquina de la mesa, la torre cilíndrica y avidriada. De no haber sido por el frío, que comenzaba a hacer de piedra sus extremidades, hubiera trepado sobre el hielo de la limonada para alejarse del peligro. Al contrario, y sin más remedio, siguió a flote sobre la marea tranquila y pegajosa,  con el cuerpo estirado, las nalgas sobresalientes del líquido. Bien dormidas.” Personaje minúsculo, un enano sacado de un cuadro fantástico, o bien podría ser un insecto mostrando su mísera existencia en un mundo de gigantes. El autor nos deja la tarea de interpretar a nuestro juicio. Ese es el efecto de este cuento, de pronto todo parece enorme y vital en las palabras de Perea.  

Hay algo característico en estos relatos, la minuciosa observación de los espacios, hay un conocimiento y un disfrute de lo urbano, de las calles y de los paisajes en las ciudades que describe, Roma y otros sitios italianos, la ciudad de México, pueblos y carreteras, su gusto por la comida, como la pasta farfalle italiana en “El barrio francés”, con todo esto Héctor se “revela” como en una fotografía, se advierte a un sibarita, a un viajero incansable, a un amante del arte, de la vida y de sus placeres.

Los cuentos de Casa de cielo son el observatorio de las cosas inesperadas, despiadadas, donde los detalles son el centro de todo. Es tremenda la energía que demanda la lectura detallada de estas narraciones, donde se termina agotado de hacer los viajes por el tiempo, o por carretera, o por las sombras de una pared, o por los colores de una pintura, o por los recuerdos de algo que está en otras geografías, en fin, cada pieza, digámoslo así, es una idea narrativa libre y caprichosa en su forma y estructura, sin embargo, aunque su lenguaje coloquial, urbano, parezca tan espontáneo, detrás de toda esa libertad, hay un rigor inquebrantable, porque no cede en su propósito, en sus “pistas” breves, porque Héctor Perea es un estudioso de la lengua, un amante de las palabras y de su importancia, y un académico e investigador empedernido.  Sabe lo que hace.


[1] Lispector, Clarice. La pasión según G.H. Ed. Gandhi. México 2015. Pág. 87.

miércoles, 1 de agosto de 2018

Cuentos de hadas de Flavia Cosma

Cuentos de hadas a la luz de la luna. Flavia Cosma
NUEVO TÍTULO DE MIRADA MALVA
Cuentos de hadas a la luz de la luna
Flavia Cosma

Traducción del inglés de Luis Raúl Calvo
Ilustraciones de Ioan Balcosi
Colección Mirada Narrativa Infantil n. 23, julio 2018 
ISBN 978-84-948523-0-5

Estos cuentos para niños de Flavia Cosma pueden ser en estos tiempos de incertidumbre y descreimiento la posibilidad de un nuevo reencuentro con la inocencia. Un dato para nada menor en circunstancias como las actuales, en donde la infancia, ese estado de gracia indispensable para el desarrollo de la vida parece estar en peligro de extinción.

Flavia se resiste a estos restos de civilización que parecen encaminarse hacia un estado de automatización que amenaza con propagarse a los vínculos interpersonales. Y lo hace a través de un escenario plagado de bellos relatos, con originalidad, creatividad y sabiduría. Muchos de ellos dejan una enseñanza al estilo de las viejas y recordadas moralejas que poblaron nuestra propia infancia; con tramas de una delicada sensibilidad que recogen los aspectos más esenciales de la condición humana y que perseveran a lo largo de los siglos: el bien, el mal; el amor; la soledad, la muerte.

Cuentos para compartir con los niños: cuentos para estimular su imaginación y el sentido de lo lúdico; cuentos, en definitiva, para preservar el sentido de la visa. (Luis Raúl Calvo, poeta y ensayista, Buenos Aires, Argentina).


lunes, 2 de julio de 2018

Cuento de Mario Wong



Una mosca cansada que…

Mario Wong
escritor peruano

«Il poursuivit la mouche d’un regard haineux -si tu chies encore sur la feuille, je t’écrase- pensa-t-il tandis qu’il essayait de se concentrer sur sa lecture»
Rudy Gerdanc

A Ingrid
& también, a Ina María y Myriam

In memoriam R.B.

Las brujas de Auschwitz de Mario Wong
Portada libro

Me encontraba en la biblioteca del Centre Georges Pompidou, en la sección de Actualité Littéraire; detrás de mi asiento se hallaban los nuevos libros y C.D.s sobre la beat generation: What’s up? Femmes poètes de la beat Gen.; W. Burroughs-B. Gysin, OEuvre Croisée; On the road; The Subterraneans, Visions of Cody; Dharma; Colloque de Tanger; Nova Express; Blind Poet, La chute de l’Amérique; Howl; Jack Kerouac- Steve Allen, Poetry for the beat generation; Beat literature. La révolution hallucinée; Beat Hotel…
La mosca se hallaba bajo la tabla circular negra, no más alta que mis rodillas; delante de mí, arrastrándose sobre la alfombra granate -cerca a la base metálica (circular también, aunque más pequeña)-, como si el calor que hacía, ese atardecer (eran casi las 7:30 pm; los rayos del sol penetraban a través de las estructuras en vidrio y metal, en esa parte de la biblioteca; automáticamente descendieron las persianas de filamentos) la hubiese atontado. La vi elevarse unos centímetros al ras del suelo; era una mosca «vieja», gorda, podía ver sus pelillos negruzcos bajo su trompa, sus patas delanteras apenas se movían. La observé durante varios minutos (en un instante hasta pensé aplastarla, con el lomo grueso del libro, en pasta negra y roja, que leía, Bolaño Salvaje (1) .
No era una mosca ágil, que volase en círculos alocados, como en uno de los relatos de Hamsun, de su libro Esclaves de l’amour, que leí ya hace varios años; una mosca joven, que jodiese al narrador, escritor, encerrado en su habitación. Me vino a la memoria el cuento corto de un amigo argentino (también sobre une mouche) que no veía hace tiempo y, en esos instantes, no recordaba su nombre.
Comencé a hojear Les Astres Noirs de Roberto Bolaño (2). Veía ahora la mosca reposándose sobre el filo del respaldar de una silla color naranja; agitaba sus patas delanteras acariciándose la trompa. Alcancé a leer algo, de este último libro que trata sobre le soleil noir (Kristeva), la melancolía, en la obra del escritor chileno: …«impossible de ne pas ranger à la lexie»«la fièvre de la technique», la fiebre de la técnica. Que dire alors du faucon «Ta gueule», qui égorge des estorninos, dont le sang évoque chez le narrateur «el rojo de los crepúsculos que uno ve desde las ventanillas de un avión, o el rojo de los amaneceres, cuando…» (3). Paré de leer y me dije: «Que dire d’une ‘Vieille Mouche’ qui n’emmerde plus (en todo caso, pas comme les jeunes mouches en fleurs!)?»
Seguí observando la mosca, que ahora agitaba, apenas, sus sucias alas, mientras con su trompilla peluda absorbía no sé que místicas substancias u otros restos de menjunjes metafísicos (o de «chaudrons des sorcières», acaso de las brujas de Auschwitz), que se habrían impregnado sobre el filo del respaldar. ¿Qué me evocaba esta «Vieja Mosca», putain de mouche!, esclava de amores perdidos, aferrándose a la vida en estos largos atardeceres parisinos? Conflagraciones crepusculares, apocalípticas, en sus tonos naranjas, rojizos y violáceos, a lo largo del Sena (cerca al Palais de la Découverte): O, como el negro vibrante de alas de mosca!…, del «Soneto de las Vocales», de Rimbaud.
Eran las 9:30 pm y anunciaba, una voz femenina, que la biblioteca iba a cerrar; que sólo quedaban 15 minutos de lectura (o para hacer fotocopias); que c’est strictement interdit de sortir avec des livres ou autres publications… «Ta gueule, salope!». Sigo mirando, como hipnotizado, la vieille grosse mouche moirée; súbitamente me acuerdo de una mujer que se vestía de encaje negro, un pequeño sombrero, o ¿era boina (cubierta por una redecilla color gris-azulado)?, tenía los ojos globulosos color verde, amarillentos (¡mismo vómito bilioso!), los disimulaba con unos espejuelos redondos, metálicos, pañoleta de seda al cuello, rosada, grandes senos, caderas anchas como las de una de las hijas de Leucipo, del famoso cuadro del rapto (o eran como las de «L’Origine du Monde», et/ ou de la même mère Nature !), con cartera y zapatos rojos, caminaba balanceándose por la rue du faubourg de Saint Denis; ya me siento fastidiado, hastiado, de tanta y tanta persistencia en querer continuar à baiser et à baiser, et…, in voluptate mors! Cojo el libro de tapa roja y negra, y aplasto la mosca sobre el filo del respaldar, un poco antes de partir.


(1) Barcelona, Ed. Candaya, 2009
(2) Presses Univ. de Bordeaux, 2007
(3) Raphaël Estève, «Jünger et la Technique dans Nocturno de Chile», in: Les Astres Noirs de Roberto Bolaño, p. 150)



De Las brujas de Auschwitz, Granada: Mirada Malva, 2015, colección mirada narrativa n. 18, pp. 33-36





jueves, 3 de mayo de 2018

Prensa Casa de cielo de Héctor Perea

Héctor Perea, Casa de Cielo, Mirada Malva 2017
NOTAS DE PRENSA Y ENTREVISTAS

http://www.eldiariodevictoria.com/2018/04/21/presentan-casa-de-cielo-el-mas-reciente-libro-de-hector-perea/
Héctor Perea presenta Casa de cielo, libro escrito entre México e Italia

http://www.notimex.gob.mx/ntxnotaLibre/522192
México, 19 Abr (Notimex).- El escritor Héctor Perea presentó su más reciente libro “Casa de cielo”,...

https://www.informate.com.mx/index.php/mexico/informacion-general/34-actualidad/360536-hector-perea-presenta-casa-de-

https://www.gob.mx/cultura/prensa/presentan-casa-de-cielo-el-mas-reciente-libro-de-hector-perea

https://www.20minutos.com.mx/noticia/358602/0/hector-perea-presenta-casa-de-cielo-libro-escrito-entre-mexico-e-italia/

https://sites.google.com/site/omnibusn57/literatura/hector-perea-monica-lavin
Prólogo a Casa de cielo por Mónica Lavin


Entrevista publicada por Bellas Artes en el portal de su Coordinación Nacional de Literatura.

https://literatura.inba.gob.mx/6124-caminatas-que-se-convierten-en-historias-e-historias-que-se-convierten-en-parte-de-la-vida,-esos-son-hechos-de-la-casa-de-cielo.html

Entrevista en La Razón, México
https://www.razon.com.mx/una-mirada-narrativa-entre-mexico-e-italia/








Presentación: Casa de cielo (Mirada Malva, Granada, 2017), 
Palacio de Bellas Artes, México DF

Fotografías: copyright Secretaría de Cultura  


Mesa presentación
Héctor Perea
Héctor Perea, Casa de Cielo, Mirada Malva 2017
Ejemplares Casa de cielo


https://literatura.inba.gob.mx/

https://www.inba.gob.mx/actividad/3475/casa-de-cielo

https://palacio.inba.gob.mx/cartelera/750-presentaci%C3%B3n-editorial-casa-de-cielo-de-h%C3%A9ctor-perea.html

http://cdmxtravel.com/es/eventos/casa-de-cielo-de-hector-perea.html

http://www.mexicoescultura.com/actividad/187821/casa-de-cielo-de-hector-perea.html

http://culturacentro.gob.mx/detalle.php?act=187821

cielo-libro-escrito-entre-mexico-e-italia.html

http://www.mex4you.net/articulo.php?n=19546



ALGUNAS LIBRERÍAS DONDE ADQUIRIR EL LIBRO

Casa de cielo by Héctor Perea on Latin American Book Store
www.latinamericanbooks.com
Granada: Editorial La Mirada Malva, Col. Mirada narrativa, N. 22 , 2017. First Edition. Paperback. 143p., wrps. new. Item #65002 ISBN: 9788494568145 Casa de cielo is a diverse collection of short stories with varied protagonists that hold a magnifying glass up to the human experience -- including rebellious adolescents, academics, parents, and

Comprar el libro Casa de cielo de Héctor Perea, Mirada Malva A.C. (9788494568145) con descuento en la librería online Agapea.com; Ver opiniones y datos del libro CASA DE CIELO : Agapea Libros Urgentes


Héctor Perea

sábado, 10 de febrero de 2018

Entrevista a Esther Andradi. Por Cristian Jara

Esther Andradi. Mi Berlín: crónicas de una ciudad mutante

Por Cristian Jara
Escritor y periodista peruano

Esther Andradi
Esther Andradi
Esther Andradi: Escritora y periodista, ejerció el periodismo durante largos años, residió en diferentes países, y actualmente vive entre Berlín y Buenos Aires. Nació en Ataliva, un pequeño pueblo de la pampa argentina, estudió Ciencias de la Comunicación en Rosario y en 1975 emigró al Perú. En Lima fue reportera, articulista, jefa de redacción. En 1983 se estableció en Berlín, enseñó español, realizó entrevistas para la Voz de Alemania, escribió guiones para tv y reportajes para radio. Ha publicado testimonio, cuento, microficción, poesía y novela. Sus relatos figuran en numerosas antologías en diversos idiomas. Sus ensayos sobre cultura, migración y memoria circulan en diferentes medios de América, España y Alemania. Es autora de las novelas Tanta Vida, Sobre Vivientes y Berlín es un cuento. Tradujo la poesía de May Ayim al español. Editó la antología Vivir en otra lengua, presentando la literatura latinoamericana que se escribe en Europa. Ha sido traducida a varios idiomas, últimamente al islandés.

Mi Berlín: crónicas de una ciudad mutante, (Mirada Malva) es un libro que recoge crónicas, entrevistas y perfiles de vida, donde la periodista y escritora Esther Andradi, ofrece visiones diversas sobre la ciudad de Berlín, antes y después de la caída del muro, sin dejar de lado lo actual y cotidiano que se respira en la capital alemana.

"Para todos el muro de Berlín significaba algo omnipresente"


Principio trágico
Esta historia comienza en enero de 1985, con el estallido de un avión poco después de iniciar despegue, en La Habana. Fallecieron todos los pasajeros. En aquel vuelo iba también el profesor que Esther Andradi había elegido para trabajar su tesis. Ella tenía dos años viviendo en Berlín pero muchos deseos de hacer un doctorado, recibió la noticia con estupor, el frío berlinés (20 grados bajo cero) hacían que el estupor se convirtiera en una innombrable tristeza, el silencio se tornaba espeso, los coches no se atrevían a circular. Esther había salido de Argentina huyendo de la dictadura, había ejercido periodismo en varios medios de comunicación de Perú, y ahora se encontraba al otro lado del charco, en Berlín, con una tesis incipiente y sin beca; padeciendo además una infección de ovarios que la obligó a permanecer tres semanas en el hospital.

Berlín, un laboratorio social
Una vez recibió el alta, abandonó la tesis y decidió sacar sus ficciones del cajón y ser escritora; además de eso, aun sin ser Berlín Occidental una ciudad de interés periodístico, ella a través de colaboraciones periodísticas siguió dando cuenta de que en esta ciudad la historia cotidiana latía en cualquier rincón, era “un lugar donde podía vivir mi ser mujer libremente, no era acosada en la calle con piropos, no importaba cómo me vistiera o desvistiese, era un ser más”, así fue como también en Berlín encontró oportuno registrar con su pluma lo que iba surgiendo a su paso, sintiéndose capaz de atravesar obstáculos, —a pesar del clima y el idioma,— para vivir tal experiencia. Pronto supo que deseaba quedarse a vivir en Berlín, “porque aunque encerrada en un muro, era un laboratorio social, artístico, diferente a todo lo que yo había conocido”.

Mi Berlín. Crónicas de una ciudad mutante
Portada Mi Berlín
Historias cotidianas
Esther Andradi que actualmente vive en Berlín, donde escribe y lee en alemán, poco a poco fue cayendo en cuenta que su condición de extranjera le permitía mostrar una visión distinta; gran parte de ese registro es lo que ha plasmado en Mi Berlín: suma de colaboraciones periodísticas en diversos medios de América Latina, y donde confluyen un desfile de personajes que conforman pequeñas historias cargadas de un poderoso significado, como el caso de un frutero kurdo que ha podido descubrir la fórmula para vivir feliz, también un ruso dispuesto a jugarse el pellejo por amor, al interior de un tanque de guerra; descubriremos la historia de un barco cuyo nombre es “Amor” y que casualidades de la circunstancias, se debate entre dos aguas alemanas. Se reúnen también significativos episodios históricos como la tragedia de Rosa de Luxemburgo, además de testimonios de injusticias, que todavía perviven en la actualidad.



La Alemania dividida
Durante la Alemania dividida, esta escritora y periodista después de pedalearse en bicicleta calles, tiendas y mercados, tomó consciencia de que para todos, el muro de Berlín significaba algo omnipresente. A su juicio y viéndolo desde la distancia añade que tal división sólo pudo tolerarse porque ambas ciudades disponían “de innumerables espacios verdes, lagos, bosques, lo que alimentaba la ilusión, al menos en Occidente, de no estar amurallados”.

La caída del muro
Pero la noche del jueves 9 de noviembre de 1989, cayó el muro de Berlín. Esther Andradi estuvo ahí para contar la sorpresa y la fuerte repercusión en la vida cotidiana de alemanes y extranjeros. Al margen de las muestras de euforia y perplejidad conocidas por todos, abundan datos curiosos que se recogen también en el libro. “Con el paso de los años gran parte de la ciudadanía de una y otra Alemania han admitido”, se trata de “las amplias ventajas sociales de la Alemania del Este, tanto en salud como en vivienda”, asegura y está convencida de que fueron mujeres las primeras en sufrir aquella diferencia, porque en la ex RDA la pregunta de “carrera o familia” no era tan decisiva como en Occidente para ellas.

Regreso a Argentina y el corralito
A principios de los años 90 Esther Andradi deja Berlín y se traslada a Buenos Aires; quizá rememorando la pampa santafesina donde nació y transcurrió su infancia, fueron años de grandes experiencias pero también de contrastes desafortunados dado que se topó con esa restricción monetaria conocida como corralito cuando, “en diciembre del 2001 explotó la burbuja neoliberal en Argentina, “la gente se largó a las calles a quemar los bancos que se quedaron con sus ahorros, el país entero era un cacerolazo, desfilaron varios presidentes en una semana”, recuerda.

Berlín una vez más
Tuvieron que transcurrir todavía 2 años para que en 2003 se volviera a dar cara a cara con un nuevo Berlín que conforma un segundo capítulo de su vida en Alemania, y que en el libro opera como un contraste fuerte con todo lo anterior que ella vivió y vive actualmente. A la pregunta cuál es el Berlín de Esther, ella responde que todos: el de los ochenta, el de la unificación y el de la actualidad. Y es que “después de vivir tanto tiempo vinculada con esta ciudad, siento que también Berlín es una parte mía, así como yo soy una parte de Berlín. Parte de mi juventud está aquí, y el comienzo de la escritura, el nacimiento de mi hija, el amor…

Los refugiados y la guerra
En lo que respecta a la historia alemana reciente, Esther cuenta que ha vivido dos momentos impactantes: “en 2003, cuando el entonces canciller Gerhard Schroeder se opuso a que Alemania participara en la guerra de Irak, “porque la guerra siempre es un fracaso” y por ser él mismo, un huérfano de guerra; y en 2015, cuando la canciller Ángela Merkel, confrontándose con sectores de su partido permitió el ingreso de miles de refugiados al país. La situación era absolutamente inédita, las fronteras estaban desbordadas, pero la ciudadanía inventó rápidamente miles de iniciativas de acogida y recibimiento, fue una situación sin igual y no sin consecuencias”, advierte.

Y es que el tema de los refugiados en Alemania “ha puesto sobre el tapete un debate que la política alemana viene eludiendo parcial o totalmente desde hace años: ¿Es Alemania una nación de inmigrantes o no? Después de más de seis décadas de ingreso de migración turca y europea y asiática y latinoamericana y africana, era hora”. Así pues y en todo lo que pueda acontecer de cara al futuro con los refugiados que actualmente se encuentran en Alemania, Esther considera que “la experiencia muestra que la política inmigratoria propone y luego la realidad dispone.

Cuando hace 50 años llegaron los primeros trabajadores turcos jamás se pensó en una integración a la vida alemana, y ya ves, con el tiempo los trabajadores trajeron a sus familias, los hijos crecieron aquí, y ahora ya existe una cuarta generación de turco-alemanes en el país”.

Defender la sencillez
Aunque Berlín, una ciudad mutante, el año pasado fue atacada por el terrorismo islamista, cierto es que las calles de aquella ciudad donde hace casi tres décadas cayó el muro, sigue siendo un espacio vital de libertad. Para Esther al igual que muchos, una forma de resistencia a la violencia y al terror consiste en “defender el disfrute de la sencillez de la vida”. Ella lo hace desde su labor periodística, la misma que exige cierta capacidad de movimiento y eso le ha valido para huir de tópicos y conocer de cerca culturas y personas que conforma todo lo que somos al final de cuentas: seres humanos o, “como dice un personaje de Eduardo Galeano un mar de fueguitos, ninguno igual a otro… todo depende de la distancia que tomemos para observarnos. Estemos donde estemos, nos diferencian nuestros sueños”. En Mi Berlín encontraremos mucho de eso.

Publicado en
http://tipotapa.es/2017/11/13/esther-andradi-mi-berlin-cronicas-de-una-ciudad-mutante/

miércoles, 15 de noviembre de 2017

Casa de cielo de Héctor Perea

Casa de cielo, relatos de Héctor Perea
Casa de cielo | Héctor Perea
NUEVO TÍTULO DE MIRADA MALVA

Casa de cielo, libro de relatos del escritor mexicano Héctor Perea
Con prólogo de Mónica Lavin

(Colección Mirada Narrativa n. 22, 1ª edición, noviembre 2017)

Conocedor de los atributos de la narrativa breve,  Perea no hace concesiones con el lector […] A través de la percepción de los personajes que habitan estas historias, sean niños, adolescentes rebeldes, académicos, adultos, familias, un lisiado, padres e hijos, el manojo diverso de cuentos nos toma por sorpresa. No hay nada en cada cuento leído que presagie nuestra relación con el siguiente, y ese menú inesperado nos atrae. Nuestra única certidumbre es que estamos ante la extrañeza que deviene de miedos y sueños y que puede derivar en un carnaval macabro, en pinturas comestibles, en volcanes derretidos, en arcadas sobre un puente del Trastevere […]
A tono con lo dantesco o más paisaje del Bosco, algunas de las narraciones son delirantes, los personajes están intoxicados de arte, de italiano, de borrachera, de caída, de infierno, de zombis, de insectos de Julio Ruelas […] En Casa de cielo, Perea parece insistir en que la realidad siempre es fantástica, que no es posible trazar una línea divisoria entre el arte y el contexto, entre la pieza de museo y la vida, entre la percepción y el suceso, entre lo vivido y la memoria, entre el tiempo detenido y el que corre pues todo cabe en el retablo de claroscuros de la experiencia humana, donde el cuento es rendija y lupa (Mónica Lavín). 


martes, 4 de julio de 2017

El Valle de los pecados de J.G. Millas

El Valle de los pecados_J.G. Millas
Portada El Valle de los pecados
EL VALLE DE LOS PECADOS
nueva publicación de Mirada Malva
Colección Mirada Narrativa n. 21, julio 2017
ISBN 978-84-945681-1-4

Una novela terrorífica basada en la vida de un abyecto hacendado que llega a construir un imperio de maldad y abuso en un país subdesarrollado, donde la vida no tenía mayor valor y los inquilinos eran solo esclavos de dos señores que recogieron el feudalismo del pasado, implantándolo en esta región. El sexo, la droga, la crueldad y la ambición por el dinero llevan a este personaje a abrazar una vida alegre y peligrosa, asociándose a un proxeneta, miembro de un poderoso cartel de cocaína que los enriquece poderosamente.

En la comarca del lesbianismo, las subastas de jóvenes vírgenes en medio de un cautiverio miserable, se agrega el horror de convivir con caníbales hambreados que viven hacinados en un inmenso bosque que traspasa las fronteras de varios países y que encierra en su oscuridad interior a estos seres que viven al acecho de carne.

Inundada la atmósfera por hechos extraños y maravillosos, El Valle de los pecados juega con el tráfico sexual de jóvenes, mediante personajes horripilantes y otros divinos que chocan con sus poderes en batallas dramáticas entre el bien y el mal, en medio de un caos infernal, donde se mezcla fuego, sangre y fe en un final insospechado y asombroso.

martes, 8 de noviembre de 2016

Presentación Encuentro con el asombro de Olga E. Martínez Gómez

Granada, Mirada Malva, 2016



Audio de la presentación del libro de cuentos Encuentro con el asombro de Olga Elena Martínez Gómez. 


Presenta: Elkin Restrepo, 

Medellín, Colombia, Fiesta del Libro y la Cultura, 2016


domingo, 3 de julio de 2016

Encuentro con el asombro de Olga Elena Martínez Gómez

Nuevo título de Mirada Malva:

Encuentro con el asombro (cuentos ilustrados) de Olga Elena Martínez Gómez

Colección Mirada Narrativa n. 20 (2016)
Ilustraciones de David Tobon


De nostalgia poética a la realidad humana

Por Gustavo Henao Chica

En una serena atmósfera que se transpola de la humanidad sensible a lo profundo del sentir desde el corazón, y narrado tibiamente en un lenguaje sin tropezones, los cuentos inmensos de Olga Elena Martínez, escritora que delinea con suavidad, historias que ascienden con su fuerza poética y se mantienen con su ritmo en los espacios a veces intangibles, a veces terrenales de estos personajes que suelen generarnos sentimientos encontrados por tener un carácter que desgarra o una personalidad que enternece. En la lectura de estos cuentos se presiente, se intuye, por momentos un dolor, una alegría, línea a línea quiere uno continuar para llegar al final de la trama, a veces amargamente hermosa, en otras se grisea la vida, al final sentir el amor y la nostalgia por lo vivido en aquel trasegar humano, por la otredad, los encuentros y desencuentros; el desamor golpea al que se va, al que se queda, a quien está en medio, pero el tiempo los pondrá en un lugar donde el dolor nos es más que recuerdo, les dará la distancia y sapiencia para entender aquello como un medio de aprendizaje. El cuento colombiano como ejercicio de síntesis tiene en la narrativa de Olga Elena Martínez  una representante de valía, porque no le teme al riesgo de contar historias a su manera desde lo técnico y a dejar desgarrar su alma.

domingo, 16 de febrero de 2014

No hay reloj para el olvido. Nuevo libro de Mirada Malva

Os informamos del nuevo título que La Mirada Malva, en su colección Mirada Narrativa, acaba de lanzar. Próximamente anunciaremos la salida del título en formato epub. Será presentado en Madrid el próximo día 12 de marzo en la sede de la Fundación Progreso y Cultura

LA NOVELA
No hay reloj para el olvido
Una inesperada llamada de teléfono provoca que Lucía se marche en coche a su pueblo. Poco antes de llegar, sufre un accidente que cambia el rumbo de su vida. Junto a ella, hay un borrador de lo que podría llegar a ser una novela. "Las turbulencias del Esla" muestra acontecimientos que marcan la infancia, adolescencia y la edad adulta de nuestra protagonista. Pero no solo le afectan a ella. A su madre le arrancan las ganas de cantar y casi de seguir adelante y así una rica sucesión de tramas secundarias sobre el amor, la traición y la amistad, que atraparán la atención del lector.
No hay reloj para el olvido nos narra con fluidez los distintos modos de vivir y pensar de un hombre que establece que lo que tiene alrededor es mala hierba y aquellas situaciones que hacen imposible el olvido, porque para ello es inevitable realizar todo un recorrido vital. Pero la obra nos enseña que siempre puede surgir un extraño que lleve la situación al límite y permita que nazcan nuevas oportunidades.
Esta novela, con un lenguaje claro, explora en los sentimientos y emociones de los personajes que, con esperanza, van resolviendo sus interrogantes.

Martina Robles 
LA AUTORA
Martina Robles Rodríguez (Arcos de la Polvorosa, Zamora, 1967). Licenciada en Derecho. Ha desarrollado su actividad profesional en empresas privadas y en diferentes ONGs. Ha sido profesora de estudiantes de Secundaria y ha dirigido y coordinado distintos programas sociales y culturales. Es profesora en talleres de animación a la lectura y de escritura creativa. La Asociación Colegial de Escritores de España ha publicado dos de sus relatos: “Cama caliente“ y “La palabra en el fuego”. Por su parte, el Centro de Estudios de la Mujer, de Las Rozas, Madrid, en el 10º concurso de relatos cortos de María Moliner ha publicado su relato “El sol de abril”.

Leer las 20 primeras páginas en pdf
Acceder a la ficha editorial