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jueves, 28 de octubre de 2021

Revista Ómnibus n. 65




Queridos amigos, 

En este número 65 (octubre 2021) os ofrecemos el siguiente contenido.

En nuestra sección de literatura:






Reseña al libro Dentro de todas las cosas hay amor de Paolo Parrini. Por Rita Bompadre
Reseña: Una mirada al mundo en Los besos de Manuel Vilas. Por Pedro García Cueto

Muchas gracias por seguirnos en esta aventura cultural.
Consejo Editor de Ómnibus.




martes, 23 de marzo de 2021

Un bemol en la guerra de Marcos Fabián Herrera


Un libro de cuentos que rescata la verdadera narrativa y el verdadero género, primero porque se adentra en las vidas de cada uno de sus personajes, siempre al margen, y este hallazgo, le permite crear una dimensión inédita de un lugar, de una región, de un espacio inventado  dónde se sitúa un alma que camina buscándose. Y la música es decisiva porque sin música no seríamos nada ni nadie: la música, decía Wilde, nos concede un pasado del cual carecíamos, y esto es lo que sucede de manera magistral en estos cuentos de personajes que deambulan, que no buscan una definición sino ese horizonte que la música señala. Objetividad en la perspectiva, capacidad de crear atmósferas, de encontrar el lenguaje innombrado de cada ser que de la nada  pasa a contar con la biografía que le concede una escritura que fue capaz de verlo.


Darío Ruiz Gómez


martes, 4 de junio de 2019

Oficios del destierro de Marcos Fabián Herrera

Oficios del destierro. Marcos Fabián Herrera


Nuevo libro de poesía de Marcos Fabián Herrera

OFICIOS DEL DESTIERRO


Programa Editorial de la Universidad del Valle, 2019



En este poemario de Marcos Fabián Herrera, a través de la representación de lo insólito transcrito en oficios de artesanos minuciosos, confinados a los márgenes (equilibristas, campaneros, luthiers, pajareros, relojeros...), los héroes se desploman  irremediablemente para mutarse en ídolos caídos o en villanos atrapados entre los espejismos de los sueños. Su poesía en Oficios del destierro reafirma su fuerza en el reconocimiento de la sórdida realidad de un espacio vital en ruinas. Para ello, a decir de Blanca Varela, la voz poética le “da nombre a todas las sombras, a todos los fantasmas” a modo de viaje iniciático que atraviesa las distintas galerías del alma humana para comprender el oscuro misterio de la palabra inscrita en una encrucijada oscura y misteriosa.  

Es sorprendente en la poesía de Herrera, esa mirada precisa de la fugacidad de la existencia como metáfora gótica del fluir del tiempo o la destrucción de lo humano, piezas condenadas a la hecatombe del individuo en ominoso tránsito. Con un lírico y pulido lenguaje, su obra poética nos acerca a un universo de palabras, hacia el laberinto del hombre en permanente “exilio”,  como parábola de un éxodo que recorre las distintas estancias que habitan los temas eternos y su antítesis: el amor, la mujer, el dolor, la muerte o los monstruos.

María Ángeles Vázquez






























jueves, 24 de enero de 2019

Un bemol en la guerra de Marcos Fabián Herrera

Un bemol en la guerra
Portada Un bemol en la guerra

Paraísos humanos

Un rápido comentario al libro de cuentos, 
Un bemol de la guerra, escrito por 
Marcos Fabián Herrera

Por Jorge Guebely


Reconforta leer los cuentos de un escritor que aún no pertenece al jet-set de los autores consagrados por las grandes empresas editoriales. Nada lo condena para que escriba bajo los parámetros del mercado. Nadie le exige una producción anual para conservarlo en las librerías nacionales e internacionales. Sólo la íntima necesidad de escribir lo transporta, lo estalla para poner en letras su libre percepción del mundo. Un escritor todavía limpio, sin las brillantes manchas de la oferta y la demanda, sólo con las del ser humano, las que lo impulsan a la escritura.

Textura propia de los siete cuentos escritos por marcos Fabián Herrera bajo el título: Un bemol de la guerra. Relatos publicados por Navíos Libros, con impecable cuidado y con agradable resultado físico. Agradan sus ilustraciones como la disposición física de sus textos. Ambas se confabulan para que el lector viva una reparadora experiencia lectora. Para que experimente agradecimientos vitales al leer la última línea del último cuento.

Porque sólo agradecimiento se siente con un autor que devela un abanico de diversas posibilidades de los paraísos humanos en la tierra. Distintos espacios para convertir la existencia en el bello ejercicio de vivir sin el peso de la esperanza. Superar el infierno de cada día, ese brillante laberinto de la vida civilizada, para saborear el instante diluente sin bajos ni altos relieves.

Así se compone la semántica de estos cuentos. Como en la música barroca, un mismo tema entonado por instrumentos diferentes. Una misma obsesión musical que cobra vida en los diferentes cuentos. Desde el primero, Música incidental”; hasta el último, “Sin itinerario; pasando por el que da título al libro, “Un bemol de guerra. Durante toda la lectura, el lector se encuentra, una y otra vez, con esta rara dimensión.

La belleza del lenguaje abre las puertas del libro. Expresión estética visible a los ojos del lector. Una ejecución musical donde todos los instrumentos están debidamente afinados. Limpieza expresiva, riqueza lingüística, sorprendentes construcciones, inesperados giros, surgen en cada párrafo. Lenguaje sostenido que se conserva a lo largo de los siete cuentos. Lenguaje que se eleva de lo rutinario, pero sin caer en la confusión ni en la pedantería. Lenguaje que intenta superar la medianía para insistir en la calidad de lo esencial.

Rasgo lingüístico que armoniza con la semántica de los cuentos. Párrafo a párrafo, se develan las tragedias de los personajes, seres humanos oscuramente adaptados al infierno. Los que ya no soportan la existencia gris de todos los días y huyen de la catástrofe existencia para encontrar un paraíso en la tierra. Los que ya no resisten más la corrosión de la rutina y se sienten cadáveres en vida. Los que aún tienen la osadía de partir para encontrar un asidero más amable, más humano, más divino, en los predios de la existencia.

Cipriano, el personaje de “Música incidental”, encuentra su lugar exacto en la calle. No lo obnubiló el éxito de dirigir exitosamente su propia orquesta, ni los varios acetatos grabados, ni la hermosa cantante que los acompañaba, ni el reconocimiento en la radio. El mundo de la farándula debió hostigarlo con sus falsos brillos. La calle constituía su verdadero territorio, un lugar sin jefes, sólo con transeúntes desprevenidos y sin los voraces dogmas de las iglesias. No era un lugar para desechables, sino el espacio donde era posible la libertad de ser. Ahora dirijo a mi grupo en las calles…

Vida civilizada y adocenada padecen los ciudadanos del primer mundo. La llevan como un ataúd en la conciencia. La necesidad de huir, encontrar parajes más originales, más naturales, impulsan a Jack, en “Las meditaciones de Jack”, a internarse en un lugar libre de la dura civilización. La referencia a la Barca de Juan Bustos, ese maravilloso prostíbulo fluvial, nos lleva a la Neiva antigua.  El alcohol, la trasnocha, las drogas, enjambre de descomposición mental, lo estimulan para testimoniar a través de un poema que el paraíso existe en la anulación del pensar. Un poema escrito por el gran Jack Kerouac, personaje ancilar de la generación beat que anduvo literariamente en el suroccidente colombiano:
Cuando un pensamiento
brote llegando de lejos con su manifiesta
presencia de imagen, debes engañarlo y fuera con él,
quítatelo de delante, dríblalo…

Diferentes alternativas de los paraísos naturales del ser humano surgen en otros cuentos. En un “Bemol de guerra”, El aparente boticario, que llega a un lugar distante, es un músico y funda una escuela de música. Huye de la civilización para refugiarse en un lugar apartado y en la música. Huye como huye el desertor de la guerra con el Perú a pesar de las diatribas patrióticas del presidente de la República. Tanto el aparente boticario como el desertor se refugian en la música, en ese paraíso de sonidos donde tampoco existe el pensamiento. “Con la flauta puede enseñar la música y curar su destierro”

Así transcurren todos los cuentos de Marcos Fabián Herrera. Con esa impronta que nos saca, momentáneamente, del barro y nos eleva a sugerencias literarias que nos hablan de un mundo asequible. Con él, sólo agradecimientos por la riqueza de paraísos que develan sus siete cuentos. Por los espacios insólitos e inesperados, tratados con la responsabilidad de un autor comprometido con la condición humana. Por las pulsiones oníricas –Cipriano- y fantasmales –La nana-, que nos muestran regiones paralelas y nos iluminan. Por el conjunto de recursos literarios que enriquecen la literatura, que la rescatan de los excesos de la oferta y la demanda, que le devuelven su misión original: develar las tragedias humanas impuestas por la barbarie del poder brutal. Por hacer una literatura que no apunta al prestigio, sino al ser humano.


viernes, 17 de agosto de 2018

Revista ómnibus n. 58

revista ómnibus n. 58
revista ómnibus n. 58
Queridos amigos:
En este número 58 (agosto 2018), os ofrecemos el siguiente contenido.

En nuestra sección de literatura
Artículos críticos de Ofelia M. Uta, Yesenia Ramírez, Consuelo Triviño, Jhon Walter Torres Meza, Yamila A. Audisio y Pedro García Cueto.

En creación literaria, hemos seleccionado poemas de Flavia Cosma, Mónica Urrutia y Pedro García Cueto, y relatos de Susana Swarzc, Marcos Fabián Herrera, Alexander Prieto y Mario Wong.

Una interesante entrevista a Reynaldo Jiménez por Rolando Revagliatti

En cine, una reseña a la película No de Pablo Larraín, por Ana M. Aguilera.


Muchas gracias por seguirnos en esta aventura cultural.
Consejo Editor de Ómnibus.

Revista ómnibus
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miércoles, 1 de abril de 2015

La geografía creativa de una diáspora: Sobre Los Viajes de la música

Los Viajes de la Música de Fabio Martínez:

La Geografía Creativa de  una Diáspora


Crítico literario colombiano

Fiel compañera de toda empresa humana,  en la música han viajado  los versos canónigos, las letanías religiosas,  los cantos tribales y los lenguajes del cosmos.  Desde  el rugido gutural que celebraba la presa en manos del primate y se iluminó con la tea en el paleolítico; hasta el canto melismático y  las danzas medievales;  pasando por el  jadeo incesante de los hombres montaraces de estas tierras equinocciales;  ya sea con el laúd o el tambor, en la música  se han reinventado los alfabetos para feliz ventura del ingenio humano.

En El Odio a la Música, Pascal Quinard, en uno de sus  luminosos  fragmentos,  afirma que su propósito es interrogar los lazos que tiene el arte de Euterpe con el sufrir sonoro. Si la música es un testimonio de época, y al igual que las otras artes se nutre de lo adverso y aciago que ha padecido la especie humana; hemos de ver ella algo más que un divertimento.  El aforismo del escritor francés, parece haber obrado como divisa en las búsquedas esenciales del ensayo de Fabio Martínez.

Viajar implica mudanza, cambio de piel y transmutación de códigos. Fueron once millones de  esclavos, nos recuerda el autor, los que llegaron al nuevo mundo.  Un arribo impelido por el látigo y bañado por la sangre que  en las ancestrales ceremonias de la tradición Yoruba solo era vertida como  tributo y regocijo;  nunca como sojuzgamiento y genuflexión. La llaga más lacerante, la del alma, se cicatrizaría con el canto lastimero y un acezante golpe en el tambor Batá que provocaría en las nuevas tierras la invención de las músicas del Caribe.

Las resonancias secretas de los rituales africanos, la readaptación instrumental y una inescrutable mixtura de saberes y universos sensoriales, catalizarían un sincretismo bañado de asombro en los parajes tropicales de la nueva tierra.

Los Viajes de la Música (Editorial La Mirada Malva, 1ª edic., 2015) de Fabio Martínez explora las coordenadas  en las que se  engendraron las fusiones musicales. De estos fértiles encuentros eclosiona, entre muchos otros ritmos, el son cubano, que en palabras del autor, es una síntesis maravillosa del romance español, los areítos indígenas y el tambor africano.

Las pieles musicales que irán a cubrir los cuerpos vejados de los esclavos que arribaron a esta parte del mundo, no sólo contaron con la  frenética expresión instrumental. El romancero español, profundo legado de la lírica ibérica, condimentó con las formas sonoras de los versos de Jorge Manrique, Lope de Vega y Luis de Góngora y Argote, los sones, guarachas y montunos.  De esta manera surge una singular poética en quienes se aventuraban a componer y cantar.

Fabio Martínez celebra con este libro el periplo de  la música que ya sea como canto de vida, de trabajo, de muerte, de carnaval y rumba, ha hecho parte del torrente sanguíneo de los hombres de América.  En las fiestas del San Pacho del Pacífico Colombiano, en el santoral de la Regla de Ocha de Cuba o en los ritos de festejo en cualquier latitud,  la poesía de Afroamérica restaña el dolor y esfuma las penas.


El Viaje ensayístico de Fabio Martínez, es también una indagación a los nuevas vertientes del hispanismo. El español, esa lengua que se rehace en cada hablante y que hoy configura una fraterna comunidad de hombres itinerantes, bebe de la savia de las músicas populares que se crean en los barrios de latinos en Nueva York  y en las estribaciones andinas de Suramérica.  Es la lengua de inmigrantes que guardan en sus entrañas los rescoldos del África negra, las endechas de la guitarra española y los frenéticos ritmos de litoral.  Los géneros urbanos como el calipso, el reggae, el zouk, y lo que de manera genérica se denomina salsa,  se escuchan en las calles de cualquier capital Latinoamericana,  y dan cuenta, lo explica el autor, de la apertura del firmamento musical de un continente que no sólo ha revestido de policromía un idioma, sino que lo ha hecho música y celebración. 

martes, 1 de abril de 2014

Dialogantes, nuevo ebook de Marcos Fabián Herrera

Portada de Dialogantes de Marcos Fabíán Herrera
Dialogantes (Entrevistas)

El diálogo entraña una poética singular que ha obsesionado siempre a los hombres. El fecundo juego de las preguntas y las respuestas se ha tornado en estelar ejercicio del ingenio humano. Los escritores han sido por excelencia, –ya sea en su rol de entrevistados o entrevistadores– los exponentes de uno de los géneros protagónicos del debate. Dialogantes, segundo volumen de entrevistas de Marcos Fabián Herrera, compila una serie de encuentros con varios de los más descollantes artesanos de la palabra en América Latina. Con una admirable obstinación y creatividad, el entrevistador le concede un nuevo ropaje a la entrevista para desentrañar, con acierto y perspicacia, las claves y los enigmas que atesoran las obras de cada uno de los entrevistados. Dotado de un estilo singular y profundo en el desarrollo de los diálogos, este libro hace de la reinvención del género, una apuesta por descubrir inéditos matices en la confrontación de ideas. Siempre bañadas de un aura de revelación, el conductor de estas conversaciones nos traza un camino que invita a descubrir la riqueza de cada una de las ficciones que él se empeña en descifrar.

ISBN-13: 978-84-940067-4-6
Formato: EPUB (1 MB)


Marcos Fabián Herrera

Nació en El Pital, Huila, Colombia en 1984. Cofundador y asesor editorial del periódico virtual Con-fabulación. Ha ejercido el periodismo cultural y la crítica literaria en diversos periódicos y revistas de Europa y América, entre ellos Prensa Latina, Revista Universidad de Antioquia, Aurora Boreal, Alhucema, Ómnibus, Puesto de Combate y Cuentosymas. Autor de los libros El Coloquio Insolente: Conversaciones con Escritores y artistas colombianos (Coedición de Visage - con-Fabulación 2008);  Silabario de Magia - Poesía (Trilce Editores - 2011). Varios de sus cuentos y poemas han sido traducidos al francés, italiano  y el inglés y hacen parte de antologías publicadas en España, Colombia, Chile y Ecuador.  Sus diálogos con escritores y artistas para la prensa cultural hispanoamericana, además de despertar febriles polémicas,  le han reportado unánimes elogios y lo han ubicado como uno de los cultores más versátiles, documentados y agudos de la conversación literaria. Dialogantes es su segundo volumen de entrevistas con poetas, narradores y ensayistas de Hispanoamérica. 

viernes, 28 de marzo de 2014

Cuando la imaginación nos acusa

Cuando la imaginación nos acusa. 
Sobre El desmemoriado de Fabio Martínez

Por Marcos Fabián Herrera

A Ray Bradbury  debemos que acuarelas  de fantasía nos hayan hecho reflexionar sobre la deshumanización de la ciencia  y el desvanecimiento de las fronteras éticas. El desenfreno  en la experimentación científica y la hegemonía de la técnica, nos ha recordado  vaticinios gestados en la fecundidad literaria: Un mundo panóptico controlado por un ojo ciclópeo que escudriña a los humanos sin empacho; urbes narcotizadas y sometidas al culto frívolo que imponen humanoides; y cuadrillas de hombres empecinados en incinerar todo vestigio libresco en la tierra, son apenas algunos de los atisbos que  la literatura ha osado en dibujar sobre los inciertos días del futuro.

Pero también los ensayistas han diseccionado el tema. Quizás una de las nostalgias más enquistadas en la reflexión contemporánea de los pensadores de la cultura sea la del acervo letrado que se diluye en medio del barullo de esta época sin asidero;  la supremacía del fragmento, la fugacidad del dato y la eclosión de alfabetos torpes y formatos multidimensionales, dejan perplejos a los cofrades de Gutenberg.

El Desmemoriado de Fabio Martínez, ficción de sangre Braudburiana, ha tenido como umbral un señuelo propio de la lúdica literaria: Una caja de pandora que se abre la noche del 19 de diciembre del 2012 cuando Pitty introduce en el programa Novel las palabras “memoria”, “Manzana” y “Pitty”.  Así,  obtiene la novela que la agobiante vida de empleado de la multinacional  memoria Babel le ha impedido escribir, y  surgen las 174 páginas de este artilugio  apocalíptico y crudo, premonitorio  y futurista.

Pitty Caballero Santos es un profesor de la universidad Nacional, que por sus habituales jornadas licenciosas, no llega a tiempo al lugar en el que se entregan las tabletas electrónicas que permiten el ingreso a la nueva sociedad virtual. Sometidos a las privaciones que genera  el carecer de este artefacto, él y su esposa, Manzana Siachoque, deberán sortear dificultades por ser seres confinados al ostracismo  y desterrados de la legalidad digital.

Si el pensamiento se extingue y la información se ensancha en las múltiples formas que posibilita los atavíos de la virtualidad, tendrá pertinencia preguntar, ante la desazón del profesor Pitty que pierde su bagaje cultivado con la pertinacia propia del intelectual decimonónico:
Para qué leer un libro si todo está sintetizado en Wikipedia; para qué pergeñar un buen verso si ya todo está escrito en la memoria de Babel y circula en la red; para qué dibujar un plano, una figura o un paisaje si existen miles de programas que hacen esto mejor tú; para qué traducir un libro si ya tienes miles de softwares que te lo traducen y lo  hacen mejor que tú; para qué crear una composición musical si la puedes bajar por internet; para qué pensar si existen miles de programas virtuales que piensan por ti, ahorrándote el camello intelectual de pensar. El pensar es un camello, que para poder atravesar el desierto de la ignorancia, tiene para ello dos gibas en su cuerpo llenas de agua.
Pero aún hay más: en esta novela de Fabio Martínez, escrita en clave de humor, rasgo característico de su narrativa, la urbe poblada de clones y escindida de la llanura prosaica, comarca marginal destinada a los pobres desprovistos de la sofisticación imperante, es el escenario en el que el amor deja de ser el sentimiento de mayor hondura humana para reemplazar el jadeo amatorio por el azogue de la pantalla del laptop. Si la máquina se ve empoderada de tal manera que hasta el contacto corporal se vuelve anacrónico, los Alfas, etnia virtual que propugna la extinción de los humanos y el triunfo de la inteligencia virtual, simbolizan los seres deshumanizados que ya se advierten en nuestros días. Por su parte los Betas, son hombres que pregonan el retorno a lo natural y sencillo, para así derrotar aquel mundo quimérico y ficcional, que un día se habían inventado para fortalecer, supuestamente, las comunicaciones interhumanas. 

Tendrá que sucumbir el omnímodo sistema virtual, retornar la primigenia  penumbra en la que un abrazo y un verso se permitan erizar de nuevo la piel, para que Bogotá, urbe controlada por el presidente desde su tótem de Monserrate, redescubra la gracia de lo elemental. Es por todo  ello que debemos leer esta novela, para reafirmar que de la literatura siempre sale el efluvio que anuncia los malestares del hombre, y que los raudos tiempos que corren nos convierten en marionetas de una orquestada comedia virtual.
Fabio Martínez


Si las buenas novelas han de llevar a los lectores a los entresijos del caos para develar los  espejismos, y los libros son el último refugio de quienes desdeñan la estolidez, El Desmemoriado de Fabio Martínez puede ser la primera pócima para beber antes de caer el embotamiento mental que enajenó a Pitty y lo condenó al automatismo de los zombis.