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jueves, 27 de febrero de 2025

Los sueños de un médium de Hugo F. Cabrera

 

Nuevo título de Mirada Malva

Los sueños de un médium de Hugo F. Cabrera

CLASIFICACIÓN: 

TAMAÑO: 13cm x 21cm 

PÁGINAS: 214 

PVP: 16 € 

ISBN: 9788412434378 

ENCUADERNACIÓN: Rústica

Colección Mirada Narrativa n. 29

Si una intrusiva mosca husmea insistente el lugar donde usted lee este libro, si la lámpara que ilumina las páginas centellea, si un gato gris de ojos rojos se acerca, o el perro gime inquieto, no se distraiga, siga leyendo, simplemente los lémures que rondan cada capítulo están inquietos, saben que un intruso de buena fe, se propone penetrar en sus aposentos.

No se preocupe que los espíritus mientras usted se limite a seguir con devoción sus movimientos y acciones, son inofensivos, respetan sus espacios, permanecen inadvertidos porque ellos son los muertos, nuestros muertos, y a los muertos hay que venerarlos, no invocarlos, inmortalizarlos y honrarlos para que su entorno, que es el más allá, no se confunda con los recodos de la vida.

Esta novela construida magistralmente, no sólo transcribe la experiencia de una familia que desafía ingenuamente el poder sobrenatural de los espíritus, sino que en esa osada aventura choca abrupta y enigmáticamente con la presencia paranormal de sus seres queridos que llevan años inmersos en el gigantesco inventario de la muerte. Nunca imaginaron que esa noche marcara con tanto acento, y para siempre sus vidas.

viernes, 27 de diciembre de 2024

El patíbulo. Llamadas a lo desconocido de Darwin Méndez

NUEVO TÍTULO DE MIRADA MALVA

El patíbulo. Llamadas a lo desconocido de Darwin Méndez Losada


TAMAÑO: 13cm x 21cm
PÁGINAS: 156
PVP: 15 €
ISBN: 9788412434354
PESO: 170.84 g.
ENCUADERNACIÓN: Rústica

James Cruz es un joven amante de la vida nocturna que vive la vida, entre su programa musical en la radio, la promoción de su libro, el sexo ocasional con prostitutas y la heroína. En su programa de radio de música Heavy Metal promociona su primer libro titulado Camino a lo desconocido, en donde se exponen 100 formas descriptivas e ilustradas para suicidarse. Los radioescuchas acongojados por los problemas y abatidos por la desesperanza de un mundo post pandémico, llaman al programa en búsqueda de una orientación que les permita terminar con sus desgraciadas vidas.

Todo transcurre sin contratiempos, hasta que el amor irrumpe en su vida y uno de sus seguidores empieza a poner en práctica los métodos expuestos en su libro.  

martes, 8 de febrero de 2022

Detective Santré. El caso Carranza de Julián Nalber

 

NUEVO TÍTULO EN MIRADA MALVA:

Autor: Julián Nalber
Título: Detective Santré. El caso Carranza
Clasificación: ELT: libros de lectura de literatura y ficción
Tamaño: 13cm x 21cm
Páginas: 260
EAN 13: 9788412434316

SINOPSIS: En su segundo caso el detective Santré transita por las calles de Bogotá con el objetivo de desenmarañar el drama de un joven desaparecido en circunstancias confusas. Las averiguaciones del sabueso en principio poco avanzan hasta que comienza a navegar entre los laberintos de los bajos fondos bogotanos, y así va descubriendo los vínculos de los sospechosos con personalidades de la vida pública del país y algunos altos mandos castrenses. Al final, lo que se descubrirá es un episodio tenebroso y despiadado de la realidad reciente colombiana. «La novela criminal no es un rompecabezas nada más, sino una reflexión y una explicación de lo que ocurre en nuestro mundo». Michael Connelly. El caso Carranza es la segunda aventura urbana del detective Santré; un peculiar investigador privado que con gran capacidad de curiosidad y observación nos sumerge en la piel de la marginalidad estigmatizada por la sociedad y por el mismo sistema judicial, así como por su patente escasez orgánica.

martes, 23 de marzo de 2021

Un bemol en la guerra de Marcos Fabián Herrera


Un libro de cuentos que rescata la verdadera narrativa y el verdadero género, primero porque se adentra en las vidas de cada uno de sus personajes, siempre al margen, y este hallazgo, le permite crear una dimensión inédita de un lugar, de una región, de un espacio inventado  dónde se sitúa un alma que camina buscándose. Y la música es decisiva porque sin música no seríamos nada ni nadie: la música, decía Wilde, nos concede un pasado del cual carecíamos, y esto es lo que sucede de manera magistral en estos cuentos de personajes que deambulan, que no buscan una definición sino ese horizonte que la música señala. Objetividad en la perspectiva, capacidad de crear atmósferas, de encontrar el lenguaje innombrado de cada ser que de la nada  pasa a contar con la biografía que le concede una escritura que fue capaz de verlo.


Darío Ruiz Gómez


martes, 1 de octubre de 2019

Detective Santré. El caso Chang de Julián Nalber

Detective Santré. El caso Chang de Julián Nalber
Portada Detective Santré. El caso Chang
 de Julián Nalber
Editorial Mirada Malva, EspañaNuevo título de Mirada Malva


Detective Santré. El caso Chang

de Julián Nalber

Colección Mirada Narrativa n. 25
Tamaño: 13cm x 21cm 
Páginas: 222 
EAN 13: 9788412020526

Sumergido en la Bogotá contemporánea, un profesor universitario, convertido en detective privado, indaga un enigmático homicidio ocurrido en un restaurante chino de un barrio icónico de la ciudad. Una aventura urbana en la que el detective Santré no solo desenmascarará a los victimarios sino que a su vez enseñará algunos rostros clandestinos de la capital colombiana.
El género de la novela negra tradicional, definido por Raymond Chandler, puesto en escena, sin ambages, con un lenguaje vivo y con un ritmo trepidante, que evoca los inolvidables episodios de los tebeos de literatura pulp que en el pasado entretenían a las mayorías.
Una obra, que traza las intrigas del complejo mundo urbano y el de sus personajes, cautivará al lector inquieto, amante de los relatos policíacos y de la marginalidad asfixiante de las grandes ciudades.

lunes, 1 de julio de 2019

El ojo en la aguja de Consuelo Triviño Anzola

Nuevo título de Mirada Malva:

El ojo en la aguja (cuentos)
Consuelo Triviño Anzola
Tamaño: 13cm x 21cm
Páginas: 106
EAN 13: 9788412020519

Desde sus primeros cuentos, Consuelo Triviño Anzola aporta la constancia de la soledad y la insistencia de una búsqueda que se fija, simbólicamente, en seres fracasados. Nunca se colma la inquietud, siempre surge la aparente contradicción entre la mujer aburguesada que busca la libertad y la mujer libre que no encuentra la felicidad. Los personajes sienten la necesidad de huir, de dónde sea y hasta lo indefinible, siempre en busca de una plenitud que se sabe inalcanzable. Si en los relatos iniciales podía pensarse en un romanticismo juvenil, en estos, ya de madurez, que componen El ojo en la aguja, se comprende que responden a la insatisfacción interior de la mujer actual. Un libro que el lector mantendrá en sus manos tiempo después de concluir su lectura.

jueves, 6 de junio de 2019

Entrevista a Julián Nalber


Un cigarro y una copa con Julián Nalber, el creador del Detective Santré

"Por medio de la novela negra puedo escudriñar diferentes rincones de la ciudad, en este caso Bogotá, una urbe que me apasiona”.
Por Mauro Javier Hernández

Detective Santré de Julián Nalber
Portada Detective Santré
Mauro Javier Hernández. Su novela Detective Santré, el caso Chang (2017), ha despertado cierto interés entre los lectores del género. ¿Cuéntenos acerca de la génesis del texto?

Julián Nalber. La novela es una historia breve que sigue las peculiaridades típicas de la narrativa de crímenes; un detective que investiga asesinatos y desapariciones en una ciudad tan beligerante como la Bogotá del presente. El embrión de la novela tiene que ver con un hecho que sucedió en la ciudad, y a la vez con múltiples casos de tráfico de mujeres colombianas que terminan en el laberinto de la prostitución en los sitios más impensados del mundo.

M.J.H. ¿Tomó usted muchos elementos de la realidad colombiana?

J.N. Hay fragmentos, hechos y situaciones de esa realidad. El contexto de Bogotá, con sus barrios y calles está ahí. Pero como lo suelen decir muchos autores cuando se les pregunta sobre este juego entre la realidad y la ficción, la novela es ficción pura, un universo aparte, los personajes solo se deben a sus realidades, a sus mundos, a sus circunstancias. A veces no sé si es tan importante profundizar en esa oposición de la realidad versus la ficción. Por otro lado, uno puede decir que Santré se puede parecer a su creador o el creador se puede parecer a Santré, pero los dos son seres independientes.

M.J.H. Y hablando de Colombia, ¿cómo ve la situación actual de su país?

J.N. Colombia es una zona del mundo muy particular. Sus gentes cuentan con mucho talento y gran potencial en cualquier campo. Pero el país históricamente ha sido gobernado por élites terriblemente corruptas que siempre ha pensado en sus círculos familiares y sociales, nunca en las mayorías. Una nación que se la roban todos los días. Colombia, después de tanto tiempo, sigue teniendo una estructura social muy parecida a la de la época de la Colonia. Unos pocos mandan, se enriquecen, manipulan y dejan postrado al resto en la ignorancia y la desinformación. Desde luego esto tiene diversos matices y situaciones específicas que habría que considerar. Igual a pesar de todo, sigue siendo un país fascinante. En Colombia pueden pasar mil cosas en un solo día. Nadie se aburre.

M.J.H. ¿Por qué se inclinó por este género literario?

J.N. No es que tenga una tendencia marcada hacia él. Hay otras opciones que me llaman la atención. Sin embargo, por medio de la novela negra puedo escudriñar diferentes rincones de la ciudad, en este caso Bogotá, una urbe que me apasiona.

M.J.H. Se ha dicho que la trama de su novela llega a ser muy unidimensional y un poco predecible. Pero a la vez, también se ha mencionado que es entretenida.

J.N. Sé muy bien que esta novela no reviste ningún tipo de revolución estética. Nunca he pretendido nada de eso. Mi plan es muy modesto. La creé con el objetivo de que un lector cualquiera se distraiga al leerla. Yo mismo me divertí escribiéndola. Siempre he hablado de un experimento. Desde luego, la labor de narrador, como cualquier oficio, necesita práctica, es decir experiencia. Y tanto mi prosa como yo, estamos en ese proceso.

M.J.H. Entre la gran gama de personajes de este estilo (investigadores privados, detectives, policías, etc.), ¿qué tan original es su protagonista Santré?

J.N. Quizás no mucho porque él sigue los parámetros generales de estos personajes. Alguien podría decir que lo original está en que Santré es un profesor universitario que por falta de trabajo termina en esta profesión. Lo diferente, si en verdad hay algo, es el contexto. No es lo mismo desarrollar una historia en Pekín, Moscú o Bogotá. Para cada caso se precisa de conocer bien el medio, la idiosincrasia, las formas de hablar de la gente, la cultura de los personajes que sobreviven en cada espacio. Creo que ese mundo de la "colombianidad" o de la "bogotaneidad" se puede ver en la novela, hablo de rasgos particulares que son únicos. Esto último no lo digo yo, lo han afirmado algunos lectores.

M.J.H. ¿Pero entiendo que usted no pretende ser un narrador consagrado?

J.N. No me interesa del todo el protocolo que eso implicaría. También sé bien que tal consagración nunca llegará, hay que ser realista. Además, no dedico todo el tiempo de mis días a esta labor. Tengo otra profesión definida y ella toma buena parte de mi cotidianidad. Lo que me atrae es desarrollar historias que a la gente común y corriente le puedan gustar y divertir. Después de eso todo será ganancia. En tiempos de la era digital que nos avasalla, la gente poco está interesada en el placer de la lectura. A veces, el ejercicio de tomar un libro y leerlo se convierte en una tarea titánica para muchos.

M.J.H. ¿Entonces no se asume como escritor?

J.N. Me asumo como un simple y humilde trabajador de la palabra que desea superarse cada día. Y esto último no me suena muy original, aunque sea verdad. Me suena hasta cursi. Seguro que alguien lo tuvo que haber dicho antes.

M.J.H. ¿Y entonces cuál es su meta como narrador?

J.N. Por ahora, ninguna. De hecho, mi primera meta era escribir una novela policial y publicarla, y ya la cumplí. Lo he dicho un par de veces, si un muchacho de un colegio público de Bogotá (o de Colombia) escribiera un ensayo sobre la novela me haría feliz. 

M.J.H. ¿Y lo del seudónimo?

J.N. Ese es otro enigma más que coincide bien con el género.

M.J.H. Su escritura se encuentra muy ligada al estilo episódico de las historietas (comics), que se leían mucho en América Latina hace unas décadas. ¿Es consciente de eso?

J.N. Sí, desde luego. De niño y adolescente mis primeras lecturas fueron las historietas de legendarios personajes de aquellos días. Hablo de personajes creados en América Latina, no de Superman o Batman que no me interesaban tanto. En muchos casos, de esos héroes no queda nada. Solo las recuerdan los adultos mayores de cuarenta años. En países como Colombia, estas historietas eran muy populares y los muchachos las devoraban. Si logro que mis novelas lleguen a tener ese ritmo ágil de aquellas aventuras trepidantes; ese interés de parte del lector en seguir con el siguiente capítulo hasta llegar al final, me daría por bien servido.

M.J.H. En esas historietas frecuentemente había una moraleja, ¿en su novela la hay?

J.N. Supongo que los lectores responderán mejor esa pregunta.

M.J.H. ¿Vendrán más aventuras de Santré?

J.N. Sí, pero por ahora me interesaría promocionar más esta primera. Es posible que este año salga una nueva edición.

M.J.H. ¿Se puede conseguir en Colombia el libro con facilidad?

J.N. El trabajo de distribución y promoción de un libro no es sencillo y no tendría que corresponderle al autor. Lo he dicho también antes, si no tienes un buen respaldo editorial, un agente literario, una empresa detrás de ti la tarea es casi que imposible. Antes el libro tenía mayor distribución, incluso se vendía en una librería muy acreditada de Bogotá que no hace mucho cerró sus puertas y por ahora nada se sabe de esos ejemplares. Es por eso que este año espero que se concrete una nueva edición con mayor alcance.

M.J.H. Finalmente, ¿por qué y para quién escribe?

J.N. Escribo porque es un ejercicio intelectual que me satisface. Es una acción intimista que me permite viajar, caminar mentalmente por lugares conocidos (incluso desconocidos). Es también un regreso a la niñez en el que por medio de la escritura vuelvo a jugar, a crear y me siento momentáneamente feliz. Y escribo para mí y para los que generosamente deseen leer lo que escribo.

martes, 4 de junio de 2019

Oficios del destierro de Marcos Fabián Herrera

Oficios del destierro. Marcos Fabián Herrera


Nuevo libro de poesía de Marcos Fabián Herrera

OFICIOS DEL DESTIERRO


Programa Editorial de la Universidad del Valle, 2019



En este poemario de Marcos Fabián Herrera, a través de la representación de lo insólito transcrito en oficios de artesanos minuciosos, confinados a los márgenes (equilibristas, campaneros, luthiers, pajareros, relojeros...), los héroes se desploman  irremediablemente para mutarse en ídolos caídos o en villanos atrapados entre los espejismos de los sueños. Su poesía en Oficios del destierro reafirma su fuerza en el reconocimiento de la sórdida realidad de un espacio vital en ruinas. Para ello, a decir de Blanca Varela, la voz poética le “da nombre a todas las sombras, a todos los fantasmas” a modo de viaje iniciático que atraviesa las distintas galerías del alma humana para comprender el oscuro misterio de la palabra inscrita en una encrucijada oscura y misteriosa.  

Es sorprendente en la poesía de Herrera, esa mirada precisa de la fugacidad de la existencia como metáfora gótica del fluir del tiempo o la destrucción de lo humano, piezas condenadas a la hecatombe del individuo en ominoso tránsito. Con un lírico y pulido lenguaje, su obra poética nos acerca a un universo de palabras, hacia el laberinto del hombre en permanente “exilio”,  como parábola de un éxodo que recorre las distintas estancias que habitan los temas eternos y su antítesis: el amor, la mujer, el dolor, la muerte o los monstruos.

María Ángeles Vázquez






























jueves, 24 de enero de 2019

Un bemol en la guerra de Marcos Fabián Herrera

Un bemol en la guerra
Portada Un bemol en la guerra

Paraísos humanos

Un rápido comentario al libro de cuentos, 
Un bemol de la guerra, escrito por 
Marcos Fabián Herrera

Por Jorge Guebely


Reconforta leer los cuentos de un escritor que aún no pertenece al jet-set de los autores consagrados por las grandes empresas editoriales. Nada lo condena para que escriba bajo los parámetros del mercado. Nadie le exige una producción anual para conservarlo en las librerías nacionales e internacionales. Sólo la íntima necesidad de escribir lo transporta, lo estalla para poner en letras su libre percepción del mundo. Un escritor todavía limpio, sin las brillantes manchas de la oferta y la demanda, sólo con las del ser humano, las que lo impulsan a la escritura.

Textura propia de los siete cuentos escritos por marcos Fabián Herrera bajo el título: Un bemol de la guerra. Relatos publicados por Navíos Libros, con impecable cuidado y con agradable resultado físico. Agradan sus ilustraciones como la disposición física de sus textos. Ambas se confabulan para que el lector viva una reparadora experiencia lectora. Para que experimente agradecimientos vitales al leer la última línea del último cuento.

Porque sólo agradecimiento se siente con un autor que devela un abanico de diversas posibilidades de los paraísos humanos en la tierra. Distintos espacios para convertir la existencia en el bello ejercicio de vivir sin el peso de la esperanza. Superar el infierno de cada día, ese brillante laberinto de la vida civilizada, para saborear el instante diluente sin bajos ni altos relieves.

Así se compone la semántica de estos cuentos. Como en la música barroca, un mismo tema entonado por instrumentos diferentes. Una misma obsesión musical que cobra vida en los diferentes cuentos. Desde el primero, Música incidental”; hasta el último, “Sin itinerario; pasando por el que da título al libro, “Un bemol de guerra. Durante toda la lectura, el lector se encuentra, una y otra vez, con esta rara dimensión.

La belleza del lenguaje abre las puertas del libro. Expresión estética visible a los ojos del lector. Una ejecución musical donde todos los instrumentos están debidamente afinados. Limpieza expresiva, riqueza lingüística, sorprendentes construcciones, inesperados giros, surgen en cada párrafo. Lenguaje sostenido que se conserva a lo largo de los siete cuentos. Lenguaje que se eleva de lo rutinario, pero sin caer en la confusión ni en la pedantería. Lenguaje que intenta superar la medianía para insistir en la calidad de lo esencial.

Rasgo lingüístico que armoniza con la semántica de los cuentos. Párrafo a párrafo, se develan las tragedias de los personajes, seres humanos oscuramente adaptados al infierno. Los que ya no soportan la existencia gris de todos los días y huyen de la catástrofe existencia para encontrar un paraíso en la tierra. Los que ya no resisten más la corrosión de la rutina y se sienten cadáveres en vida. Los que aún tienen la osadía de partir para encontrar un asidero más amable, más humano, más divino, en los predios de la existencia.

Cipriano, el personaje de “Música incidental”, encuentra su lugar exacto en la calle. No lo obnubiló el éxito de dirigir exitosamente su propia orquesta, ni los varios acetatos grabados, ni la hermosa cantante que los acompañaba, ni el reconocimiento en la radio. El mundo de la farándula debió hostigarlo con sus falsos brillos. La calle constituía su verdadero territorio, un lugar sin jefes, sólo con transeúntes desprevenidos y sin los voraces dogmas de las iglesias. No era un lugar para desechables, sino el espacio donde era posible la libertad de ser. Ahora dirijo a mi grupo en las calles…

Vida civilizada y adocenada padecen los ciudadanos del primer mundo. La llevan como un ataúd en la conciencia. La necesidad de huir, encontrar parajes más originales, más naturales, impulsan a Jack, en “Las meditaciones de Jack”, a internarse en un lugar libre de la dura civilización. La referencia a la Barca de Juan Bustos, ese maravilloso prostíbulo fluvial, nos lleva a la Neiva antigua.  El alcohol, la trasnocha, las drogas, enjambre de descomposición mental, lo estimulan para testimoniar a través de un poema que el paraíso existe en la anulación del pensar. Un poema escrito por el gran Jack Kerouac, personaje ancilar de la generación beat que anduvo literariamente en el suroccidente colombiano:
Cuando un pensamiento
brote llegando de lejos con su manifiesta
presencia de imagen, debes engañarlo y fuera con él,
quítatelo de delante, dríblalo…

Diferentes alternativas de los paraísos naturales del ser humano surgen en otros cuentos. En un “Bemol de guerra”, El aparente boticario, que llega a un lugar distante, es un músico y funda una escuela de música. Huye de la civilización para refugiarse en un lugar apartado y en la música. Huye como huye el desertor de la guerra con el Perú a pesar de las diatribas patrióticas del presidente de la República. Tanto el aparente boticario como el desertor se refugian en la música, en ese paraíso de sonidos donde tampoco existe el pensamiento. “Con la flauta puede enseñar la música y curar su destierro”

Así transcurren todos los cuentos de Marcos Fabián Herrera. Con esa impronta que nos saca, momentáneamente, del barro y nos eleva a sugerencias literarias que nos hablan de un mundo asequible. Con él, sólo agradecimientos por la riqueza de paraísos que develan sus siete cuentos. Por los espacios insólitos e inesperados, tratados con la responsabilidad de un autor comprometido con la condición humana. Por las pulsiones oníricas –Cipriano- y fantasmales –La nana-, que nos muestran regiones paralelas y nos iluminan. Por el conjunto de recursos literarios que enriquecen la literatura, que la rescatan de los excesos de la oferta y la demanda, que le devuelven su misión original: develar las tragedias humanas impuestas por la barbarie del poder brutal. Por hacer una literatura que no apunta al prestigio, sino al ser humano.


sábado, 10 de noviembre de 2018

No era fácil callar a los niños (20 años de Prohibido salir a la calle)

No era fácil callar a los niños. Veinte años de Prohibido salir a la calle de Consuelo Triviño Anzola
Portada de No era fácil callar a los niños
Nuevo título de Mirada Malva: 

No era fácil callar a los niños

Veinte años de Prohibido salir a la calle,
novela de Consuelo Triviño Anzola

María Ángeles Vázquez (edición de)

Clasificación: LITERATURA: HISTORIA Y CRÍTICA
Colección Mirada ensayo nº 7
Tamaño: 13cm x 21cm
Páginas: 206
EAN 13: 9788494852343
PVP: 15 €
Peso: 225.57 g.
ISBN: 9788494852343


SINOPSIS:
Hay escritores que huyen del brillo mediático y realizan una obra coherente fuera de los focos, y las revistas de papel couché. Construyen un mundo que no padece otro desenfoque que el de la propia escritura, es decir, el concepto del mundo que el autor se fue forjando y que fundamenta una literatura.

Consuelo Triviño Anzola (Bogotá, 1956) pertenece a esos escogidos, que publican despacio, sin las presiones de los mercados o la política [...] Siempre hay en Triviño una lengua cuidadísima y apropiada para sus personajes y sus situaciones, como pocas veces encontramos en la literatura actual. Este volumen, con la colaboración de grandes especialistas en literatura hispanoamericana, conmemora los 20 años de su primera novela, Prohibido salir a la calle, donde se busca ofrecer un homenaje a la autora y subrayar su presencia trascendente en la literatura que se hace hoy en español.


sábado, 25 de agosto de 2018

La canción de los hacinados de Jhon Walter Torres Meza

Portada La canción de los hacinados
La canción de los hacinados
de Jhon Walter Torres Meza
Editorial Poemia, con el apoyo de la Universidad del Valle, Sede Zarzal, Colombia, 2018

La historia cíclica de la violencia ha atravesado nuestra literatura. Desde la generación de Gabriel García Márquez hasta las jóvenes generaciones, la noria negra ha sido una constante en las letras colombianas.

La canción de los hacinados, el primer libro de cuentos de Jhon Walter Torres Meza hace parte de esta saga literaria que no se detiene en el país.
Jhon Walter Torres ha escrito unos cuentos crueles donde la vida no vale nada y la muerte ronda como una señal fatídica y acechante.

Son trece cuentos donde el amor y la muerte, como una pareja inseparable de la condición humana, afloran sin remedio en medio de un paisaje gris y opaco.

Fabio Martínez
Escritor colombiano


La canción de los hacinados abre con violencia y cierra con violencia. Nada extraño, si consideramos el lugar de la caña y la humedad donde ha crecido su autor. Está escrito con furia, así acostumbra la literatura a serenar el ánimo de algunos personajes, a edulcorar el escenario de los amores juveniles.
 No hay alegría en estos cuentos, porque no hay ningún cuento que invite a la alegría. Solo hay espacio para  ese cuadro de costumbres que suele gobernar lo incierto convertido en penuria y mala costumbre. Cuando aparece el cuerpo se signa en él lo imposible. Lo erótico se convierte en lujuria, a veces en esperpento. Pero nada se llena de promesa. O sí, quizá la única promesa sea la literatura, aquella que un viejo lujurioso destella en sus “ojos de perro azul”, o aquella que una mujer, Rachel, destella en sus “ojos salvajes”. He aquí, en todo caso, briznas de nuestra educación sentimental. No sé si es posible escapar a sus efectos.
Rigoberto Gil
Escritor colombiano

miércoles, 25 de julio de 2018

Percepciones e imágenes de Bogotá de Álvaro Antonio Bernal

Percepciones e imágenes de Bogotá. Expresiones literarias urbanas de Álvaro A. Bernal
Portada Percepciones e imágenes de Bogotá
Nuevo título de Mirada Malva:

Percepciones e imágenes de Bogotá. Expresiones literarias urbanas
Álvaro Antonio Bernal

Colección Mirada Ensayo n. 6, julio 2018
ISBN: 978-84-948523-1-2


Bogotá dentro del mapa literario ofrece rutas cautivantes, la representación de ese escenario ha sido tarea de variados autores. Conocer la ciudad por medio de su pintura literaria, caminarla, recrearla y sentirla. La ciudad ficcional florece de la real y por momentos ambas se cruzan y mimetizan. Cuatro escritores imprescindibles en este proceso de narrar la capital colombiana, sus novelas y relatos nos sirven para descubrirla, indagar por su vida urbana, su historia reciente, sus transformaciones y cambios. Consuelo Triviño abre el camino de la década del sesenta con su novela de culto Prohibido salir a la calle. Antonio Caballero con Sin remedio nos adelanta una década. Mario Mendoza y sus narraciones nos acercan a los ochentas y noventas. Y Alonso Sánchez Baute nos advierte de la nueva ciudad del entre siglo con Al diablo la maldita primavera. En orden cronológico y con las herramientas de un amplio análisis interdisciplinario, el lector conocerá realidades de una inquietante urbe latinoamericana por medio del estudio de un tipo de ficción que prioriza la Bogotá física: la de los mapas, la de las calles y avenidas emblemáticas, la de los barrios y plazas identificables. Como colofón, cuatro generosas entrevistas a los autores que de viva voz cuentan de su proceso creativo y de su experiencia con Bogotá.
«Estudio sobre la representación y expresión del espacio urbano de Bogotá en la literatura contemporánea colombiana. Las novelas que se analizan muestran el cambio producido en la ciudad de Bogotá en las últimas décadas y cómo ha sufrido el proceso de modernización del país. Para ello, Álvaro Antonio Bernal no solamente profundiza en las relaciones del espacio con las obras para mostrarlo en lo escrito, sino que además se apoya en las voces de sus autores, a través de entrevistas, con el fin de recuperar también así lo imaginado o lo recordado». Portal Hispanista del Instituto Cervantes

martes, 5 de junio de 2018

Transterrados, nueva novela de Consuelo Triviño

Transterrados, novela de Consuelo Triviño Anzola
Portada Transterrados
Transterrados | Consuelo Triviño Anzola | Novela
Valencia: Editorial Calambur Narrativa, 2018, 266 pp.
ISBN: 978-84-8359-451-3

Transterrados es una novela sobre la inmigración latinoamericana en España. Pero es también una historia de encuentros y desencuentros en los que se mezclan amores y desamores, víctimas y victimarios.

Un periodista huye de su país presionado por las amenazas que se ciernen sobre él. Deja atrás amistades y familia para refugiarse en la soledad del desterrado. Una madrugada se encuentra ante el cadáver de su nueva pareja. Es incapaz de recordar lo ocurrido y la defensa no llega a esclarecer los hechos. Todo resulta confuso. Inquieta por el resultado del juicio, una narradora nos introduce entre las amistades de la víctima en busca de respuestas coherentes; desconcertada, se enfrenta a hombres y mujeres, que perciben la verdad como una amenaza, que intentan cambiar sus vidas ocultando los desgarros del pasado, reinventándose. Así, los testimonios de los distintos personajes nos llevan a un universo complejo, en las fronteras de la delincuencia: el trabajo informal, la trata de blancas, las bandas y el narcotráfico que salpican a los más vulnerables.

La crítica más exigente ha señalado la profundidad de la obra de Consuelo Triviño Anzola (Bogotá, 1956). Su prosa es, en palabras de Julio Ortega, tersa, analítica, dramática y valiente. Su primera novela, Prohibido salir a la calle (1998), fue considerada por la revista Semana, de Bogotá, como una de las mejores de la literatura colombiana moderna. La segunda, La semilla de la ira (2008), es para William Ospina «una larga, serena y sostenida obra de arte», y en el diario El País (suplemento Babelia) Dasso Zardívar la destacó como una de las mejores novelas latinoamericanas.

lunes, 5 de febrero de 2018

Nuevo poemario de Carlos-Enrique Ruiz


La noche, sedimento de la memoria

de Carlos-Enrique Ruiz

Ediciones Revista Aleph: Manizales, 2018


…, un árbol dice su clamor
y arde la lengua del olvido

Antonio Gamoneda
Uno sigue andando un buen rato
y escucha y llega entonces
a un punto donde
las fronteras se abren
o más bien
donde todo se convierte en frontera.

Tomas Tranströmer



Cuatro poemas:


Pregones en las cosas

La verdad de las cosas está en su figura
con la medida de suplicios interminables
que a la postre desdibujan caminos
en la consideración de horizontes turbios
                                en mares de inocencia

Pregones ocultos en las cosas delatan lo sublime
en el encanto de tejido con lunas salidas de furor

La exigencia suele ser más larga en los estados
de artificios cosidos a palabras de tregua

Cosas involucran la necedad de actos
                             salidos de cordura
con aprecio a la única longitud de la quimera


Arrumes de ruido

Las palabras en ruina hacen cascajo la vida
                                 por las calles
entre el consuelo de faroles subyacentes
                                 en la memoria
de náufragos y peregrinos

Palabras descompuestas en fragmentos insonoros
producen arrumes de ruido
en la vecindad de catedrales y de monumentos
                                                  históricos

Noción de siglos en el tiempo
cubre de pátina las vocales y las sílabas
con la dura pronunciación en rogativas
                                   y melodramas


Rugir de canciones

Parangones de vidas al corriente de sucesos
                                 desprendidos de historias
con el fin advertido en riachuelos
                                 de la discordia

Especulaciones en el ir y venir de nubes
                                 o de intrigas palaciegas
por senderos tapizados de ignominia
despiertan la luz oculta en los espejos
                                 de cristal-de-Murano

Los sucesos se iluminan entonces de nuevo
y aquellas sombras ocultas pasan a la primera fila
en medio del rugir de canciones medievales

La consigna se vuelve pasto para el consumo
de vocaciones incipientes


Un destino de azar

Ansias de saber son el usufructo del conversar
                                                entre camaradas
especuladores del deseo
y guardianes del privilegio de las cosas sensatas

El camino resulta ser oficio de especuladores
                                               o de jugadores de azar
con las trazas de sus sombras
agitadas en el muro antes expuesto al insulto
de provocadores en un destino de sombras

Luces difuminadas en laberintos distraen la salida
y entretienen el canto de aves urbanas
con la sola premisa de dejarlas actuar
en espacio inclinado a la compasión




lunes, 15 de enero de 2018

La mujer que se pintó la cara de duelo

LA MUJER QUE SE PINTÓ LA CARA DE DUELO DE ALEJANDRO ALZATE

Por Sylvia Miranda
Escritora y ensayista peruana


Texto de presentación del libro en el Centro de Arte Moderno de Madrid:

La mujer que se pintó la cara de duelo
Portada
Además del interesante prólogo de Karla Marrufo  y la esclarecedora nota del autor que centran la lectura, La mujer que se pintó la cara de duelo se abre con la imagen fotográfica de un paisaje, una alameda cuyos árboles invernales circunscriben un camino largo hacia la luz de lo que imaginamos la caída de una tarde frente al mar. Esta imagen nos pone en antecedentes sobre el tono general con que empieza la obra. La acompaña un primer texto poético “Balada para un atardecer anónimo”, donde el poeta se sustancia con esta visión crepuscular desde su ser más íntimo, su “corazón sangre gris”, incorporándose a ese escenario de “sombras extrañas”, oscuridades marinas, “letanías distantes”; de esta forma amplía y detalla la imagen que le antecede. Esta sensación onda, desolada, inunda buena parte del libro. En este sentido, Marrufo propone una lectura desde lo que llama el “tiempo muerto”, es decir, desde la pérdida de un deseo truncado.
Al adentrarme en la lectura tenía la sensación ambivalente de frustración y esperanza, como si fueran las dos caras de una moneda de este discurso que se desarrolla como una constelación de instantes. La esperanza no está, sin embargo, en la posibilidad de vencer lo que hace oscura la vida y el mundo, sino en la propia voz del poeta, en su carácter joven y primero, así como en su tenaz oposición a condescender en silencio con ese entorno de oscuridad. Su palabra, la que transporta su voz, es lo que abre una rendija de luz en esa densa pared del mundo.
En este primer texto, queda expresado en la persecución de esa: “alargada sombra de tus pasos; preclaro evangelio de éxtasis bendito” en el que mezcla la predicación romántica y barroca con la expresión bíblica. Esta prosa, junto a la fotografía que abre el libro, nos va dando pautas sobre las estructuras estéticas y significativas de la obra, que va de lo crepuscular a lo solar, y de la opción de vivir el mundo como “cárcel o paraíso”, del que nos habla el propio autor en su nota introductoria.
Quiero referirme también a la imagen del pájaro que surca el crepúsculo de esta primera prosa y que aparecerá en el siguiente texto: “Transmigración”, bajo las formas del alcaraván y el sinsonte, dos aves de las tierras cálidas. El primero conocido como gran cazador nocturno y el segundo apreciado por su maravilloso canto. El simbolismo del ave contiene una gran fuerza, su vuelo lo presenta como un intermediario entre el cielo y la tierra, entre los dioses y los hombres, simboliza asimismo los estados espirituales. Así transmigrar significa pasar de un país a otro, pero también el paso del alma de un cuerpo a otro para las creencias védicas. En este texto nocturno, el alcaraván será capaz de superar el canto de los ángeles al mismo tiempo que hace replicar las campanas, en ese su tránsito comunicativo entre lo celeste y lo terrestre, pero también superará al afamado sinsonte y a la voz del propio poeta, para terminar transformándose progresivamente en barro sagrado y en luz de luciérnaga estallada en estrella, parafraseando el texto. De nuevo encontramos el trazo de ese camino desde la oscuridad a la luz como eje del poema, sustentado en los temas bíblicos de los coros celestiales y del barro sagrado.
La metáfora es uno de los recursos, junto con la anáfora, que más le sirven al poeta para expresar ese proceso de transformaciones, en algunos casos positivo, hacia la luz, en otros simplemente como forma de mostrar, a través de sus imágenes, las ficciones, los espejismos, las dualidades, la complejidad de una existencia que se debate entre la pérdida de la infancia en un paisaje que podría haber sido la prefiguración del paraíso y la violenta realidad, o entre el olvido y el persistente recuerdo de los primeros amores.  La mujer que se pintó la cara de duelo, se configura desde este punto de vista como un libro de iniciación, que trasunta toda la frescura y la emoción de lo inédito, con esa prístina sinceridad que me trae al recuerdo un verso del querido poeta Wáshington Delgado, “Yo soy la juventud la fuerza del corazón…”.
Alejandro Alzate
A través de la creación de estos procesos inventivos de comprensión y construcción del mundo, bajo una forma sintética o como el mismo autor indica “tomando como base la brevedad de los hipertextos digitales”, que es una estructura que se alía inconscientemente al antiguo tópico de la fugacidad del tiempo, Alejandro Alzate logra hacer de un objeto tan cotidiano como las sábanas, todo un símbolo de transformación que le permite llegar a sintetizar tres realidades aparentemente distantes o separadas y sin embargo concomitantes: los sufrimientos de la historia humana, el enfrentamiento erótico y la violencia social y política.  Así en “Las batallas”, aquellas sábanas que han acogido los sudores y ahora se han transformado en extensas montañas, en paisaje, nos llevan de forma muy subliminal a la imagen del santo sudario, y con él a todo el pasado, a todo lo muerto con dolor en la historia de la humanidad y que el poeta visualiza, concretiza, en la figura de la montaña, petrificada delante de nosotros y aparentemente indescifrable, testigo mudo de las batallas del pasado. Las sábanas hacen también alusión al lecho de los amantes, al amor erótico concebido muchas veces como una batalla, una representación para alcanzar un “efímero trofeo”. La última batalla, aunque más concreta, no está exenta de metáforas, es la violencia de la guerra, donde las sábanas son “atavío imperial” del vencedor y a la vez   pañuelos de los vencidos.
 “La mujer que se pintó la cara de duelo” prosa que da título al libro, lleva una dedicatoria que dice: “A las mujeres víctimas del conflicto armado que lo perdieron todo.” Esta dedicatoria nos predispone significativamente frente al texto. El poeta hace referencia directa al conflicto armando, al que denominará en el texto: “nuestra violencia sin trazas”.  Las mujeres de su tierra son para él el símbolo del dolor de esta violencia, ve configurarse en sus ojos, que son su alma, la herida abierta y la desolación que les pinta el rostro con el recuerdo de sus muertos, pero también la sabiduría congénita de los que conocen el tiempo antiguo, de los que descifran el pasado y el porvenir. El libro gira alrededor de este poema, los otros textos poéticos aparecen como una consecuencia de este sentimiento central de dolor que lo contamina todo. En “Patria mía”, por ejemplo, hay un deseo de cantar a la naturaleza prodigiosa del país, sin embargo, la tensión, el miedo son parte del paisaje; en “Súplica”, pide al Tiempo ver la vejez de sus ancestros, pero también poder extender por una noche, como si fuera una eternidad, ese espacio de luz y de belleza profundas, simbolizadas en la estrella y el mar, le pide, en definitiva, no traicionar la poesía, en un poema de gran aliento borgeano.
Hacia el final del libro hay una serie de prosas que tratan sobre el amor y sus apariencias, sobre el olvido y la permanencia. En tono muchas veces lúdico como en “Yo quiero” y otras más irónico como en “Voy a pedirte” o “Me preguntaste”, expresa la complejidad de los primeros amores, su profunda impronta y su fugacidad. 
El poema que cierra el libro, “Mar de cristal”, es un canto de fe a la magia de lo poético, a la anáfora y a la metáfora, que maneja con maravillosa destreza, donde el Mar de cristal es también la imagen del cielo, volviendo a unir así, como en otras partes, lo terrestre y lo celeste. La mujer que se pintó la cara de duelo tiene la suerte de ser vista por un joven poeta que es capaz de declarar sin empacho y en la plenitud de sus días, que “el ronco cantar de los fusiles cae rendido ante la jugosa ruta del durazno” y que sabe que la luciérnaga nocturna estalla para convertirse definitivamente en estrella.

Madrid, diciembre 2017.

martes, 14 de noviembre de 2017

La mujer que se pintó la cara de duelo de Alejandro Alzate

Portada La mujer que se pintó la cara de duelo (prosas poéticas)
NUEVO TÍTULO DE MIRADA MALVA

La mujer que se pintó la cara de duelo (prosas poéticas)
Alejandro Alzate

Próxima presentación en Madrid

(Prólogo de Karla Marrufo, 1ª edición, noviembre 2017)


A través de la evocación del paisaje o del ser amado, los textos breves que conforman este poemario se van deslizando como en una letanía que, en sus repeticiones y cambios sutiles, sintetiza lo que alguna vez fue con un presente en el que se sabe que algo se ha perdido definitivamente. Las flores y los frutos, la naturaleza y el paisaje, las mujeres y la historia de la patria, son los elementos cuyo presente y pasado se conjuga en estas páginas […]  En cada poema asistimos al encuentro con lo irremediable, pero también a esos universos conformados desde la memoria y el sueño: los viejos amores, la infancia, las miradas y los espacios transformados por la violencia […]  Así, La mujer que se pintó la cara de duelo transita de la evocación de la patria a la evocación del amor perdido, construyendo en cada poema breve una suerte de oración de duelo y de nostalgia, un canto sutil al tiempo muerto. (Karla Marrufo)

sábado, 9 de septiembre de 2017

20 años de la novela Prohibido salir a la calle

20 años de la publicación de la novela Prohibido salir a la calle 

Desde que la editorial Planeta colombiana publicara en 1998 la notable novela de iniciación Prohibido salir a la calle, finalista del concurso Eduardo Caballero Calderón y seleccionada por la revista Semana de Colombia como una de las mejores novelas colombianas de las últimas décadas, Consuelo Triviño Anzola se ha convertido en una de las escritoras imprescindibles del panorama literario latinoamericano de nuestro siglo. 
El próximo año 2018 se cumplirán 20 años de su publicación. 


§  Portadas de las diferentes ediciones de Prohibido salir a la calle

Prohibido salir a la calle, Planeta, Bogotá, 1998Prohibido salir a la calle, Sílaba, Medellín, Colombia, 2ª edic. colombiana, 2011Prohibido salir a la calle, Mirada Malva, Madrid, 2007Prohibido salir a la calle, Mirada Malva, Madrid, 2ª edic., 2009


§  Notas críticas más relevantes de la novela

o  «Sin duda, ha logrado Consuelo Triviño una novela bien trabada, sostenida, que consigue implicar al lector con esa búsqueda del equilibrio afectivo que caracteriza el desenvolvimiento del yo infantil».
Guzmán Urrero Peña, Cuadernos Hispanoamericanos, nº 558, 1999

o  «En Prohibido salir a la calle Triviño hurga e insinúa cómo la Bogotá de los sesenta trastoca su croquis, reacondiciona su mapa a las nuevas transformaciones espaciales y sociales, y logra imprimir en el lector, por un lado, la nostalgia de una ciudad que está dejando de ser soñolienta, ligeramente apacible (aunque nunca lo ha sido) y, por otro, abre la puerta para entenderla como una urbe en constante movimiento y camino a ser una ciudad cada vez más heterogénea y multifacética […]»
Álvaro Bernal, Estudios de Literatura Colombiana, nº 15, 2004

o  «De manera magistral, esta novela narra las ambivalencias que los comportamientos ambivalentes de los padres marcan el espíritu de la niña. Ama al padre, agradece los detalles que tiene para con ella y los hermanos, admira sus ocurrencias y su generosidad cuando regresa borracho. Reconoce, sin embargo, que es un irresponsable. Ama también a la madre, le obedece, le ayuda en el cuidado de los niños, en el aseo de la casa. Pero le teme, y su relación con ella se hace cada vez más difícil».
Álvaro Pineda Botero, «Prohibido salir a la calle», Estudios críticos sobre la novela colombiana (1990-2004), Medellín, Universidad EAFIT, 2004, p. 181

o «Prohibido salir a la calle consigue sumergirnos mediante un estilo tan aparentemente sencillo como eficaz, en el discurrir cotidiano de una familia visto desde la inocencia de la mirada infantil…»
Carmen Rodríguez Santos, ABCD, de las Artes y de  las Letras,
9 de junio de 2007

o  «La narración 'tiene que ver con el desarrollo de este personaje, que desde el principio se nos presenta como alguien ligado a las palabras: para ella, hablar es un placer y casi una adicción; mientras descubre las zonas oscuras y luminosas de la casa aprende a escribir casi por su cuenta; más tarde lee y escribe, imitando los géneros populares, historias de diablos, héroes y fantasmas que son su propia historia […]».
Elena Usandizaga, Revista Ómnibus, nº 28, 2009

o  «La niña protagonista de Prohibido salir a la calle, primera novela de Consuelo Triviño Anzola, Clara Osorio, tiene la capacidad de ver más allá del mundo de las apariencias, de las convenciones sociales, descubriéndonos las desgarradoras contradicciones que crean incertidumbre y destrozan la noción de felicidad que se nos vende desde las instituciones».
                     Darío Ruiz Gómez, Letras Hispanas, vol. 7, nº 1, 2010

o  «La escritura de Consuelo Triviño es un parto literario libre y desesperado, es un intento de ficción testimonial a la que se le escapan, mezclados con la tinta, aires familiares de origen. Una voz en primera persona que retrata el panorama gris,  desconcertante y de continuos cambios, desde la mirada inocente y llena de preguntas de una niña».
Mª del Rocío Parada, «Prohibido salir a la calle, de Consuelo Triviño:
Las trampas de la ternura», Aurora Boreal, 11 de febrero de 2012

o  «En Prohibido salir a la calle, su primera novela, Consuelo Triviño ya revela sus dotes narrativas, confirmadas en obras posteriores. Aquí nos invita a disfrutar de un singular bildungsroman, vertido a través de una mirada infantil, donde una historia particular, sin perder su carácter único, logra adquirir un sentido más amplio que nos remite a todo un país, enfrentado, todavía hoy, a complejos desafíos». 
Rafael Fuentes,  «Prohibido salir a la calle», 
Lunes del Imparcial, 9 de abril de 2012

o  «La novela de Consuelo Triviño Anzola, Prohibido salir a la calle, tiene todo el carácter universal que hace que la novela sea imprescindible y tal vez, como los buenos vinos o bebidas que destilan alcohol, sólo con el pasar de los años sea entonces un clásico universal de la literatura, que en mi concepto, ya lo es…»
Danilo Albán, «Colectivo Sábados Literarios»,
Cali, Colombia, febrero de 2012

o  «Prohibido salir a la calle cuestiona la imagen de la familia nuclear y feliz reafirmada por la clase burguesa colombiana, una imagen que ha servido para cohesionar una visión de nación homogénea, pero desconocedora de la diversidad y, obviamente, provocadora de angustias en quien proviene de un núcleo familiar diferente. Al mismo tiempo, denuncia una situación que afecta al desarrollo de la personalidad de muchos colombianos, y más allá de los acercamientos psicológicos que este hecho podría entrañar, me interesa destacar la afiliación a un discurso de género en relación a la cuestión de la ausencia del padre en la familia».
Concepción Bados Ciria, «Consuelo Triviño: una narradora trasatlántica», 
Revista Hispanoamericana.
Real Academia Hispano Americana de Ciencias, Artes y Letras, nº 3, 2013

o  «Más allá de intentar agotar la novela, puede decirse, a manera de síntesis, que Prohibido salir a la calle narra la historia de una familia de clase media, emigrantes del campo, que se abre paso en una Bogotá inhóspita y dura. El cosmos familiar es rico y diverso; hay un amplio mosaico de personajes caracterizados con hondura y solidez. A través del tamiz infantil, que imprime el tono y la mirada, vemos crecer a la protagonista y presenciamos alternativamente su asombro, su enojo, la rebeldía, los miedos, las ilusiones, las preguntas, hasta que finalmente entiende que crecer implica, entre otras cosas, aprender a perder. Y el lector, espectador privilegiado, percibe, puesta en la escena, la difícil urdimbre de los hechos cotidianos».
Emma Lucía Ardila, «La casa primera»,
Revista Universidad de Antioquia, nº 231, 2015
    
o  «[…] es evidente que el libro todo es una búsqueda del padre perdido. Dicen que el habla es un gesto que busca a la madre y que la escritura busca la atención del padre. Prohibido salir a la calle confirma esa opinión. Dejamos a la protagonista en una especie de celda, separada de todos, de su madre y sus hermanos, pero su padre es la persona en quien primero piensa al quedarse sola».
Gustavo Arango, «En busca del padre perdido, Prohibido salir a la calle», 
Boletín Cultural y Bibliográfico, vol. XLIX, nº 89, 2015

o   «En la novela de Consuelo Triviño no es tanto la prohibición lo que importa, o la misma calle, sino el hecho de salir y, desde luego, el modo de narrar cómo la protagonista se hace consciente de las prohibiciones y de la necesidad de contornearlas. ¿Pero de dónde no puede salir la protagonista? De la casa, indudablemente, para caer en los peligros ciudadanos, pero también y sobre todo de las contradicciones en las que la educación inicial sumerge al individuo»
Jorge Urrutia, «Prohibido salir a la calle, de Consuelo Triviño:
una metáfora existencial», Blog Pasavante, 2 de enero de 2016